54 Incómodo

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Matt lleva ya casi 4 semanas de gira y todo se ha vuelto un poco caótico, bueno, solo un poco alocado. En mi trabajo ya realicé mi primera sesión de fotos para la revista y para ello, tuve que viajar a Charleston en Carolina del Sur para fotografiar a una nueva empresaria, porque el artículo central de la revista será "Mujeres en el poder", así que ayer regresé de ese viaje.

Rose está en su primera semana de trabajo y en su segunda semana en el colegio y para colmo ya ha comenzado a levantarse con vómitos desde la semana pasada, así que la pobre se la pasa corriendo al baño en cuanto se levanta y un par de veces más al día, por lo tanto, yo como ella, no eh podido dormir como es debido, además de que hemos tenido que cambiar su alimentación porque la mayoría de las cosas ya le dan asco; también está sufriendo un poco porque hay un grupo de niñas que comienza a molestarla por lo del embarazo así que voy a tener que tomar cartas en el asunto.

Hace dos semanas y media, para poder finalizar los tramites de la inscripción de Rose, tuve que hacer algo que no creí en mi vida hacer por voluntad propia y eso fue, acudir a Fabián. Rose, la señora Christina y yo viajamos hasta Washington para poder verlo, y ese día agradecí más que nunca el que Matt me haya prestado su auto, así tuve un pedazo de él que me acompañara y algo en qué concentrarme porque iba manejando. El motivo fue para que él y su mujer me firmarán unos papeles que los papás de Matt me prepararon lo más rápido que pudieron para que no se requiriera llegar a un juicio y todo fuera de manera voluntaria.

La reunión con ellos duró más de lo esperado pero, para mi sorpresa, quien cedió primero al trato fue la mamá de Rose porque tal parece que a ella le importan demasiado las apariencias como para aceptar que tiene una hija de 15 años embarazada. El acuerdo al que se llegó, es que me darían una especie de apoderamiento legal sobre ella para cualquier trámite que se requiriera en la escuela o algún otro sitio y que así no tuviéramos que recurrir a ellos. El punto de que no solicitara su custodia, es porque para eso tendríamos que llegar a un juicio y no quiero que Rose atraviese ahora por algo así. Ya tiene suficiente con el rechazo de esa manera de sus padres como para que se haga de manera legal y se sienta peor.

Rose tenía miedo de que al ir a Washington yo fuera para hablar con sus padres y "hacerlos entrar en razón" para que la aceptaran de vuelta, pero realmente me estoy acostumbrando a tenerla conmigo en casa como para hacerle algo así o como si fuera un objeto que pueda pasar de un lugar a otro sin problema.

Con respecto a Mia, me ha ayudado un montón al estar pendiente de Rose mientras yo estoy en el trabajo y mientras estuve fuera de la ciudad para así no tener que preocuparme tanto.

Ahora estoy revisando las fotografías de la sesión para seleccionar las mejores y darle unos cuantos retoques antes de enviarlas al departamento correspondiente y que sean publicadas.

-Disculpe ¿Es usted la señorita Alejandra García?

Levanto la mirada de mi computadora para mirar a un chico que trae un enorme ramo de rosas rojas y que está parado en la entrada de mi oficina.

-Sí. Soy yo ¿En qué puedo servirle?

-Traigo esto para usted. Si pudiera firmarme aquí, por favor.

Me entrega una tablilla con un papel para que firme la entrega y una vez hecho eso, me entrega el ramo. En él hay una tarjeta, así que de inmediato la tomo y la leo.

"Estoy ansioso por ver tu trabajo publicado y por volver a verte.

Te extraño."

-M.D.

Parezco una colegiala por la reacción que me provoca el recibir sus flores, pero es que me hago papilla en mi asiento y suelto un suspiro de enamorada.

Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora