Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)

44 Fragmentos del corazón

Luego de huir de la casa y con un nudo gigantesco en la garganta, me dirijo a la florería más cercana y compro un ramo de lilis, porque esas eran las favoritas de mamá, y luego voy al panteón. No eh estado aquí desde el levantamiento de la cruz de mamá y cuando llego a su tumba, no puedo evitar derrumbarme y bajar todas mis barreas. Lloro y vuelvo a sentir el dolor como si fuese el primer día de su perdida. Una de las razones por las que acepté irme a NY, fue para sobrellevar más fácil todo el dolor y la perdida porque no me podía permitir quedarme estancada aquí y hundirme en la depresión como sabía que me pasaría, pero ahora me doy cuenta que realmente no lo sobrelleve, sino más bien lo evadí y no eh terminado de liberarme de él.

Una vez que logro recomponerme del llanto desgarrador que eh tenido, platico con ella y le cuento cómo me ha ido en este tiempo y lo que está por venir, le hablo también de Matt y de lo enamorada que estoy de él, de cómo me tratan todos y lo bien que me han aceptado. Sé que suena tonto el que haga esto pero mamá fue la persona más importante en mi vida y cuando la perdí, una parte de mí se fue con ella; después de Mia, ella era mi mejor amiga y mi más grande confidente y aún siento la necesidad de contarle sobre mi vida.

He bajado conmigo la caja que Mónica me entregó en la casa, así que aprovecho para abrirla justo en este momento y descubro que son las pertenencias de mamá que no alcancé a guardar antes de irme a NY. Mónica no se ha quedado con nada y de cierta manera me da coraje porque me da a entender que mamá nunca le importo ni un poco como para conservar algo de ella. En esta caja hay collares, pulseras y anillos y por si fuera poco, también están las cosas de la boda, como el lazo, las monedas y las alianzas; mamá a pesar de todo, nunca pudo deshacerse de ello. Supongo que Mónica sólo vio el contenido superficial de la caja y no quiso mirar más allá al ver de lo que se trataba, pero con forme yo eh ido sacando las cosa, descubro una especie de compartimiento secreto y de él extraigo un sobre. Lo que hay dentro son las fotos de su boda y todas las demás en donde Fabián hace aparición: en el bautizo de Mónica y el mío, en fiestas de cumpleaños, salidas familiares y aniversarios. Resultó ser que mamá también me mintió durante años al decirme que quemó todo recuerdo de él y las pertenencias que le quedaron de cuando se marchó.

Cuando siento que tengo los ojos más hinchados que un boxeador en su último round de la pelea y con el maquillaje súper corrido que bien podría parecer un mapache, y todo eso porque eh vuelto a llorar, me despido de mamá y voy al auto para ir a dar una vuelta por el centro de la ciudad, necesito aclarar mi mente y alejarme de aquí. Cuando llego y estoy en el zócalo, saco mi celular para ver la hora y descubro que tengo tres llamadas perdidas de Matt, así que le llamo de regreso.

-Hola nena. ¿Cómo te está yendo?

-Hola -tengo que aclararme la garganta porque la voz me ha salido pastosa-. Creo que bien. Es raro estar de vuelta. ¿Qué tal las cosas allá?

-¿Qué ocurre? -ignora mi pregunta-. Te noto extraña. ¿Estás bien?

-Sí -reúno el valor para mentirle aunque no sé si me crea-. Estoy bien solo que creo que me voy a enfermar. Hace un calor infernal y creo que eso me hará daño.

-Ambos sabemos que no es eso. Sé que no estoy presente pero juraría que algo te ocurrió porque escuché tu voz diferente cuando me respondiste. ¿Qué pasó?

-Es solo que te extraño.

-También te extraño, Alex, pero me harás pensar que no confías en mí. ¿Qué ocurre?

-Acabo de visitar la tumba de mamá -le respondo tras una pausa y un gran suspiro-.

-Ojalá hubiese estado a tu lado. Sé que es muy difícil para ti. ¿Fuiste sola?

-Sí -vuelvo a aclarar mi garganta y parpadeo repetidas veces porque ya no quiero llorar más-. Nadie sabe que fui, excepto por ti. También me hubiese gustado que estuvieras conmigo.