Me quería morir. Eran las 7 de la mañana y era la tercera vez que apagaba la alarma de mi móvil. En este momento daría cualquier cosa por poder seguir durmiendo, pero era el primer día de clases y había una parte de mí, ahora mismo muy pequeña eso sí, que tenía ganas de empezar.
Esperé cinco minutitos más y me senté en la cama estirándome un poco, mientras revisaba los mensajes de whatsapp que me habían llegado en las últimas horas.
La mayoría pertenecían al chat del grupo que Kathe había hecho ayer con Tracy y conmigo. La verdad es que era tan simpática como Tracy me había contado, las dos me ayudaron a deshacer las maletas y pasamos un buen rato entre risas. Me daba la impresión que con Kat, como me aseguró varias veces que podía llamarla, iba a ser siempre así.
Y qué decir de Tracy, la había echado muchísimo de menos este último año. Nos habíamos visto varias veces cuando ella volvía a casa en vacaciones, pero claro estábamos acostumbradas a estar juntas prácticamente las veinticuatro horas del día desde que nos habíamos conocido siendo bebés. Conclusión: había sido duro.
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Me estaba terminando de poner mis botines negros que había combinado con un pantalón largo blanco y una camiseta un poco ancha gris, cuando oí un cua-cua proveniente de mi móvil. Llamadme rara, pero amaba el sonido de pato que tenía en mi móvil para avisarme de los mensajes.
Connor: Buenos días, guapa! Siento no haber estado ayer para recibirte :( Tuve entrenamiento hasta tarde y no te quería molestar, me imaginé que estabas cansada del viaje. ¿Te apetece que nos veamos en el comedor para desayunar?
Tenía que reconocer que a él también lo había echado de menos. Éramos novios desde los diecisiete, pero lo más importante para mí es que también era mi mejor amigo. Lo conocía desde que teníamos seis años, cuando su familia se mudó a la casa que hay al lado de la mía. Desde ese momento, junto con Tracy, habíamos sido inseparables.
Por eso cuando me confesó que le gustaba y me preguntó si quería ser su novia tuve mis dudas. Connor me aseguró que nada tenía porqué cambiar, y en realidad así había sido, nos seguíamos comportando igual, sin contar algún que otro beso o acercamiento más íntimo. Aunque lo quería muchísimo, y era una parte muy importante de mi vida, no notaba esas mariposas en el estómago a las que mi hermana Allison siempre se refería cuando hablaba de su novio Liam.
Dándole vueltas a estos pensamientos acabé de arreglarme. Me maquillé levemente y me cepillé el pelo, lo tenía prácticamente liso por lo que tenía suerte y no me hacía falta hacer mucho para estar presentable.
Estaba cerrando la puerta de mi habitación con la llave cuando oí como la puerta de enfrente se abría.
-¡Mira a quien tenemos aquí! Buenos días enana, ¿has echado mucho de menos a tu mamá? - dijo la voz que menos me apetecía oír esa mañana.
Me giré lentamente mientras guardaba las llaves en el gran bolso que llevaba colgando del hombro. Y aunque intenté disimular que sus palabras me habían sentado como una patada en el estómago, creo que no lo conseguí del todo.
Porque levanté la cabeza, y ahí estaba el mismo capullo de ayer con la sonrisa más arrogante del mundo.
-Me llamo Jamie, no enana. Y he dormido genial, muchas gracias por preguntar - contesté secamente antes de empezar a andar hacia los ascensores.
Noté como andaba detrás de mí y se subía al mismo elevador que yo. ¿No podía tener un poco de suerte y vivir en el primer piso? No, ahora tenía que aguantar varios minutos con él en el mismo espacio.
-Yo soy Jayson, aunque supongo que ya te lo habrá dicho Kat - me dijo mientras me recorría el cuerpo con la mirada.
Me estaba poniendo nerviosa y encima estaba claro que se creía el centro del mundo. ¿Por qué me iba Kathe a decir nada sobre él?
- ¿Qué pasa te ha comido la lengua el gato? ¿O es que ayer se te acabaron todos los insultos que te sabes? - me volvió a provocar.
Me giré hacia él, ya que estaba mirando a la puerta, y por primera vez en esa mañana me tomé unos cuantos segundos para observarlo. Llevaba unos pantalones vaqueros, unas Adidas y una camiseta gris.... como la mía. Y aunque nunca en mi vida lo reconocería en voz alta, era guapo, y estaba muy bueno.
-Para tu información no suelo ir insultando a la gente por ahí, pero creo que a ti todavía te podría decir un par de cosas más - dije conectando mi mirada con sus ojos marrones que tenían el mismo brillo que me había llamado la atención ayer.
- Ah, ¿sí? - preguntó suavemente mientras se iba acercando a mí, arrinconándome en una esquina del ascensor - Ya te dije ayer que debes tener cuidado con cómo me hablas. Aquí todo el mundo me respeta, y no vas a ser tú la primera que no lo haga.
Sentí como mi cara se empezaba a poner roja de rabia, pero antes de que pudiera decir algo las puertas se abrieron y él salió sin mirar atrás.
Entré al comedor dos minutos después para ver como una chica pelirroja se acercaba hasta la mesa en la que estaba Jayson y le susurraba algo al oído de forma coqueta mientras se sentaba en sus piernas. Seguro que por cosas como esas eran tan prepotente y se pensaba que toda las personas del campus lo conocían.
Me giré antes de que la escena se convirtiera en algo más desagradable, y justo vi a Connor y Tracy desayunando en otra de las mesas. Me encaminé hacia ellos, y los dos me recibieron con una sonrisa.
-Hola Jamie, ¿has dormido bien? - me preguntó mi mejor amiga mientras mi novio me saludaba con un tierno beso en la mejilla.
-Hasta que ha sonado el despertador genial - contesté con una mueca graciosa cogiendo una de las tostadas que tenía Connor en su plato.
Éste fue el primero en tener que irse ya que sus clases empezaban media hora antes que las nuestras. Connor estudiaba informática, estaba en la Universidad con una beca por formar parte del equipo de fútbol, por lo que se tomaba muy en serio sus estudios.
Un rato después Tracy y yo ya íbamos camino a la salida cuando oímos como alguien nos llamaba.
-¡¡Tracy, Jamie!! Esperad - dijo alguien a la que reconocí como mi nueva amiga Katherine en cuanto giré mi cabeza.
Vi cómo se levantaba de la misma mesa en la que estaba Jayson, y daba un beso en la boca a otro de los chicos que estaba allí. Supuse que era su novio Colin, al que no había dejado de nombrar en toda la tarde anterior y del que decía estar completamente enamorada.
Llegó hasta nosotras, y con la energía que ya me había dado cuenta que la caracterizaba, se metió entre las dos cogiéndonos con un brazo a cada una.
- ¿Listas para el mejor día de vuestras vidas? - Tracy y yo nos reímos ante su entusiasmo y asentimos levemente mientras salíamos de allí.
La verdad que saber que iba a compartir algunas de mis clases con ellas me dejaba más tranquila. Tracy y Kathe estudiaban Arte Dramático y yo Canto y Composición, por lo que al ser dos carreras de la misma rama teníamos algunas materias en común.
-Ya verás, Jamie, las clases te van a encantar - me animó Tracy cuando llegamos a la puerta principal de la Universidad.
Y eso era lo que más me gustaba de nuestra amistad, me conocía mejor que nadie y sabía lo nerviosa que me ponía todo lo nuevo. Aunque estaba segura de que ahora que volvíamos a estar juntas la semana se me iba a pasar volando.
¡¡Feliz día del libro a todos!! Aquí os traigo el tercer capítulo para celebrarlo. Espero que lo disfrutéis, y si os gusta por favor que no se os olvide votar y comentar para que yo lo sepa.
No tardaré mucho en volver ;) Besooossss
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...