Habían pasado dos días desde que salí corriendo de la residencia viendo como mi vida se desmoronaba más a cada minuto que pasaba. El engaño de Connor me había partido el corazón, pero que Tracy me lo ocultara me había destrozado.
Llegué al apartamento de Allison y Liam envuelta en lágrimas, sin poder controlar el llanto. Esa noche mi hermana no me dejó sola ni un solo segundo, entre lloros le pude explicar lo que había pasado y ella se quedó conmigo acariciándome el pelo hasta que me dormí cansada de tanto llorar. Al igual que hacía cuando éramos pequeñas y mamá y papá me castigaban.
La mañana siguiente no fue mucho mejor, al dolor intenso que sentía en el pecho se le sumaba uno en la cabeza por las horas de llanto. Además, mis ojos estaban increíblemente rojos e irritados. Por lo que, agradecí de corazón que cuándo Liam entró a la habitación de invitados dónde me estaba quedando, no preguntara nada y solamente se preocupara en hacerme saber que estaba allí para lo que quisiera. Suponía que Alli ya le habría comentado lo ocurrido, pero agradecí que respetara mi silencio. Daba gracias de tener ahí a mi hermana, que también se había encargado de llamar a Hilary para avisarle que no iba a poder ir a trabajar este fin de semana. Le explicó que me había surgido un problema, y que ya le devolvería yo el favor sustituyéndola en algunas de sus clases.
Además, Allison también había hablado con mamá para decirle que había tenido un problema con mi móvil y que durante este fin de semana no la iba a poder llamar. Eso sí, mi hermana me había hecho prometerle que en cuánto me sintiera mejor se lo contaría todo a nuestra madre. Yo sabía que pronto le tendría que explicar que ya no estaba con Connor, y que mi amistad con Tracy se había roto, pero en este momento no me veía con las fuerzas suficientes. Además, lo que menos quería era preocuparla, estaba segura de que se volvería a sentir culpable por haberme tenido que quedar mi primer año de universidad en Pittsfield. Y nada de esto era culpa suya, ni mía, no tenía nada que ver mis decisiones de estudiar a distancia el año pasado.
***************
No tenía ganas de hablar, ni de comer, ni de hacer absolutamente nada. Me pasaba el día dándole vueltas en mi cabeza al motivo que le había llevado al que durante trece años fue sobre todo mi mejor amigo a ponerme los cuernos de esa forma tan asquerosa. Ni si quiera le importó saber que estaba a varios metros de él mientras se follaba a otra, pero Connor no solo me había engañado en ese sentido, me había hecho pensar que nuestra relación estaba pasando por un simple bache y que solo nos teníamos que adecuar a nuestra nueva situación. Además, de haberme hecho sentir terriblemente culpable por los besos que había compartido con Jayson cuándo él llevaba un año acostándose con dios sabe cuántas. ¡Pero si incluso me había prohibido hablar con Jayson! Y yo como una tonta, y por no hacerle sentir mal por mi error había intentado evitar encontrarme con mi vecino.
Y aunque, en el fondo de mi corazón sabía que también me había alejado de Jayson por lo que había escuchado la noche después de besarnos. La verdad es que hubiera intentado hablar con él, aunque, solo fuera para hacerle ver lo enfadada que estaba y lo utilizada que me sentía. Sin embargo, por respeto a Connor había entendido que era mejor dejarlo todo así, alejarnos, que Jayson siguiera con sus ligues y yo me centrara en recuperar la relación con mi novio.
Y así me lo pagaba Connor, poniéndome los cuernos estando prácticamente en la misma habitación que yo. Hubiera aceptado sin problema que hubiera decidido acabar la relación, y que cada uno siguiera con su vida con otras personas, pero lo que había hecho era imperdonable. Ya no solo como pareja, que por supuesto desde que lo vi en esa habitación dejó de ser mi novio, sino también como persona. Me había demostrado que era alguien sin corazón, en quién no se podía confiar. Al igual que mí supuesta mejor amiga, eso sí que me había acabado de romper.
ESTÁS LEYENDO
Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...