Me había levantado de un humor de puta madre, aunque la noche no había acabado exactamente como me esperaba. No podía negar que llevar a Jamie hasta su cama había estado en mis planes desde el principio, pero no porque ella se quedara dormida en mi coche de vuelta a la residencia. La cogí para subirla a su cuarto, y en cuánto Jamie sintió mis brazos a su alrededor rápidamente se acomodó con un suspiro. Claro que se me pasó por la cabeza llevarla a la mí habitación, pero me apetecía que la primera vez que estuviera en mi cama, y más si era para dormir fuera por voluntad propia.
Para el resto de personas podía ser sonar raro de cojones, pero para mí era mucho más especial el compartir cama para dormir que el tener sexo con alguien. Hasta ese momento nunca se me había pasado por la cabeza dormir con ninguna chica, pero al tener a Jamie dormida en mis brazos no pude evitar imaginarme que se sentiría despertarse y tener esa imagen de ella en mi cama. Después de hacer mil malabarismos para coger sus llaves del bolso, y abrir la puerta sin soltarla, por fin conseguí entrar. La tumbé suavemente en su cama, y con cuidado le quité los zapatos y la chaqueta. Por supuesto dudé en si debía quitarle el resto de la ropa, y ponerle algo más cómodo, pero no estaba seguro si me iba a poder contener y no despertarla para terminar la noche de otra manera. Desde que había empezado mi vida sexual con dieciséis años había desnudado a un montón de mujeres, pero esta situación era jodidamente diferente, esta vez me hubiera gustado desnudar a Jamie despacio disfrutando de su cuerpo, y no con prisa por obtener un mero placer físico. Quitándome cualquier imagen indecente de mi cabeza, que se resumía en Jamie y yo desnudos y muy revueltos en su cama, la tapé con el edredón y después de apartarle el pelo de la cara besé sus labios antes de salir hacia mi habitación.
Mi idea nada más despertarme había sido pasarme a ver a Jamie antes de ir a clase. me partía de risa yo solo únicamente de pensar como se mosquearía cuándo me burlara de ella por haberse quedado dormida en mi coche. Justo cuándo estaba a punto de ponerme la camiseta y ya agarraba el pomo de la puerta para salir, alguien golpeó un par de veces al otro lado. Pensé que era Jamie, pero al abrir descubrí que mi día se estaba jodiendo por momentos.
Molly estaba de brazos cruzados parada en mitad del pasillo, con la cara de cabreo que siempre ponía cuándo me pasaba un tiempo sin llamarla. No hizo falta ni que la invitara a entrar, antes de que pudiera impedírselo se plantó en el medio de mi cuarto, y empezó a parlotear sobre el tiempo que llevábamos sin estar juntos, que si estaba raro con ella, que le debía una explicación, y lo que más me tocó los cojones, me soltó que qué hacía perdiendo el tiempo con Jamie cuándo podía pasarlo con ella. Tras respirar un par de veces profundamente para no mandarla a la puta mierda, y echarla de mi habitación, me hice el loco diciéndole que no sabía de qué hablaba, que había estado muy ocupado con los entrenamientos y las clases, y que ya nos veríamos cuándo pudiera. Molly me observaba recelosa, ella sabía que yo pasaba de las clases y que más de una vez ambos nos la habíamos saltado para algún polvo rápido. Me miró una última vez mientras se acercaba hasta mí con una sonrisa entre falsa y coqueta, me acarició el pecho aprovechando que todavía no me había puesto la camiseta, y tras darme un suave beso en los labios se marchó.
No era tonto, sabía cómo era Molly, y llevaba días esperando el momento en el que esto acabara pasando. Desde la noche que Jamie había descubierto lo de Connor no había vuelto a quedar con Molly, si había coincido con ella alguna vez que otra vez por el campus o la residencia, pero no había pasado nada. Y acostumbrada a recibir una llamada mía prácticamente cada semana para pasar la noche juntos eso era extraño. Liarme con otras solo conseguía que mi deseo por Jamie aumentara y quisiera con todas mis putas fuerzas que fuera ella la que estuviera en ese momento encima o debajo de mí, joder, no podía follar sin imaginarme que la persona con la que estaba era Jamie. Todo lo nuevo que estaba sintiendo por esta chica era raro de cojones para mí, ni siquiera me había vuelto a acostar con alguien después de la chica morena del bar con la que Jamie me había escuchado.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...