Esta semana había sido mucho mejor de lo que me podría haber imaginado, la mayoría de clases eran bastantes entretenidas y no me había costado ponerme al día. Es más me atrevería a decir que hasta estaba un poco adelantada.
Tracy y Kat habían compartido algunas clases conmigo, y sino siempre nos encontrábamos en la cafetería o en alguna de nuestras habitaciones para hablar y pasar un buen rato.
Mi amistad con Tracy era tan estupenda como siempre. Y a Kat, aunque la conocía desde hacía pocos días, con lo que Tracy me había hablado de ella y lo bien que se estaba portando conmigo estaba empezando a pensar que acababa de conocer a otra de mis mejores amigas para siempre.
Entre las dos me habían convencido para ir esta noche a una fiesta, según ellas iba a ser genial y no nos la podíamos perder por nada del mundo.
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Y tenían toda la razón, la fiesta en el puerto era mucho más increíble de lo que ellas me decían, y de lo que yo misma me había imaginado. Las luces, la música y la cantidad de gente era flipante.... Parecía un concierto de Harry Styles.
Connor estaba a mi lado tomándose una cerveza, y aunque él decía que todo estaba bien sabía que algo le pasaba. Durante esta semana casi no nos habíamos visto. Solo algunos ratos cuando él tenía un hueco libre, entre la universidad y el equipo estaba bastante ocupado. Al igual que ocurría cuando vivíamos en Pittsfield, hablábamos, nos reíamos, nos besábamos, pero cuando Connor intentaba ir más allá había algo en mi cuerpo que se bloqueaba. Confiaba en él y lo quería mucho, pero sabía que no estaba preparada para perder mi virginidad. A lo máximo que habíamos llegado era a unos simples toques por encima de la ropa.... Pero Connor ya no se conformaba con eso.
– ¿Está todo bien? – le pregunté un poco preocupada por lo raro que estaba desde que se había ido de mi habitación enfadado justo por ese motivo.
–Sí, sí, bien. No te preocupes, Jamie. Mira, ahí vienen tus amigas – anunció señalando hacia Tracy y Kathe que se acercaban hasta dónde estábamos.
– ¿Qué tal chicos? La fiesta está genial, eh - dijo Kat. Y mientras le contestaba vi como Tracy y Connor se miraban raro, como si se estuvieran comunicando a través de sus ojos. Y por sus caras no parecía ser sobre algo muy agradable.
–Bueno, ya que estáis vosotras aquí me voy un rato con los chicos. Nos vemos luego - se despidió rápidamente mi novio dándome un rápido beso en los labios. Por el momento prefería no darle demasiada importancia a su actitud.
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Me lo estaba pasando de miedo, aunque tenía que reconocer que me había quedado un poco chafada por lo de Connor, gracias a mis amigas y a sus ganas de divertirse me lo estaba pasando como una niña de cinco años en un parque de bolas.
Aunque todo eso se acabó en el momento que tanto Tracy como Kathe se fueron con sus respectivos novios. Busqué al mío con la mirada, y aunque vi a varios de sus compañeros de equipo, de él no había ni rastro. Entendía en parte su enfado, es más lo habíamos hablado un par de veces, sobre todo el año pasado cuando le sugerí dejar la relación tras contarle mis planes sobre quedarme en casa en nuestro primer año de universidad. Su primera reacción fue llamarme loca y acusarme de que no me importaban mis estudios. Y aunque estuve un tiempo enfadada con él, sin dirigirle la palabra y sin querer verlo, lo arreglamos antes de que él se viniera a Boston.
En aquel momento no me pude resistir a decirle que era mejor dejarlo, no íbamos a poder vernos mucho durante todo un año. Connor era muy guapo y habría miles de chicas a las que les gustaría ser su novia, me parecía injusto atarlo a mí y más cuando no le podía darle todo lo que quería. Él no dudo en decirme que no me preocupara que todo iba a estar bien, y parecía que con un par de visitas y llamadas habíamos aguantado.
Nos conocíamos desde los seis años y para mí lo más importante era mantener esa amistad. Es más en el fondo de mi corazón sabía que lo seguía viendo más como un amigo que como un novio. Hasta había llegado a pensar que justo por eso mi cuerpo no quería llegar más allá.
Pensar en todo eso no me estaba sentado bien, mis ojos estaban llenos de lágrimas y las cervezas que me había tomado, más la que llevaba en la mano no me estaban ayudando. Me alejé un poco de dónde estaban todos, y entonces vi una melena rubia que conocía, era Kathe que estaba en los brazos de su novio mientras se reía y él la llenaba de besos. Sentí envidia y la sensación de querer eso y no tenerlo me embargó el cuerpo.
– ¿Eres alguna clase de acosadora o algo así? – dijo una voz profunda a mi espalda que me puso los pelos de punta.
Me giré para encararlo y ahí estaba... Jayson. Tan atractivo como siempre. Y es que cada vez que lo veía no podía dejar de pensar en lo guapo que era.
–A lo mejor el acosador eres tú que apareces de la nada. ¿Me estabas espiando?
–Ya te gustaría – se rió con fuerza y me molestó esa forma de decirlo como si yo no fuera importante.
–Entonces que haces aquí hablando conmigo. ¿No tienes nada mejor que hacer, idiota? – contesté enfadada sin poder controlarme.
Se acercó a mí hasta colocar sus manos en mi cintura. Y ese simple roce quemó mi piel. ¡Maldito alcohol!
– ¿Qué...qué haces? – tartamudeé mientras subía mi mirada desde sus manos hasta sus ojos que estaban fijos en los míos.
– ¿Estás bien? – preguntó sorprendiéndome por lo preocupada que sonaba su voz.
Me quedé como en una nube, no sabía que decir....
–Has llorado – dijo desconcertándome y asustándome a su vez por la seguridad con la que lo decía.
– ¿Y a ti que te importa?- dije defendiéndome, sin saber muy bien de qué, soltándome de sus brazos. Me asustaba que alguien que prácticamente no me conocía pudiera leerme tan bien.
Algo en su mirada cambió y una sonrisa, que ya conocía muy bien en Jayson, la de capullo, apareció en su rostro.
– ¿Sabes qué, enana? Tienes toda la razón del mundo, me importa una puta mierda que estés aquí llorando porque echas mucho de menos a tu novio.
–Que sabrás tú de mi o de mi novio. Tú menos que nadie tienes derecho a meterte en mi vida, si te acuestas con todo lo que se mueve - solté completamente fuera de mí, dándole un empujón en el pecho que ni siquiera lo movió, al ver como sabía que lloraba por Connor.
–Ya veo, eh... Has estado preguntando por mi, ¿verdad? – dijo acercándose otra vez, sin borrar un ápice su sonrisa – No será que quieres ser tú la próxima privilegiada.
Me provocó mientras estaba casi encima de mí y nuestros labios estaban a punto de rozarse. Su olor a menta mezclado con el alcohol y el humo del tabaco me rodeó, y aquello sin que pudiera controlarlo, junto a su cercanía, me excitó más que cualquier otra cosa en el mundo. Nos estábamos mirando fijamente, y aunque en mi cabeza sabía que eso estaba mal mi cuerpo estaba reaccionando a Jayson.
–Tengo novio... – dije en un leve susurro notando como nuestras respiraciones se estaban alterando y mis labios ya estaban acariciando los suyos.
No sé qué se le pasó por la cabeza en ese momento, pero reaccionó separándose de mí como si mi cuerpo le quemara.
–Olvídalo, esto nunca ha pasado – me dijo en voz baja pero clara antes de darse la vuelta y perderse entre la gente.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...