Jueves. Habían pasado tres días desde que empezaron las clases y ya estaba hasta los cojones. Las clases de la Universidad por la mañana, y por la tarde los entrenamientos intensivos que nos estaba exigiendo Maxwell para iniciar la temporada, me tenían reventado.
Menos mal que era inteligente, y no lo decía de forma prepotente, era la verdad. Desde pequeño había tenido mucha facilidad para los estudios, sobre todo para las matemáticas... Se me daban bien los números. Esa fue la principal razón por la que escogí la carrera de Economía, no me hacia falta esforzarme mucho para tener un título universitario y así podía enfocarme en lo que verdaderamente me gustaba: el fútbol.
Desde el primer año mis notas eran las más altas de la clase, lo que me permitía tener una plaza fija en el equipo. Si no aprobabas el 80% de las materias no podías jugar hasta que recuperaras tu nota. A algunos de mis compañeros esto les jodía la vida.
Además con eso conseguía que mi padre me dejara en paz. No apoyaba mi sueño de ser futbolista y desde que era un niño me lo había dejado claro cada vez que tenía oportunidad: "A mí no me importa que juegues al fútbol siempre que no descuides tus estudios. No vas a desperdiciar de esa forma tus capacidades, eso no es un trabajo". Para él nunca ha habido ninguna posibilidad de que me dedique a ello, pero sinceramente no me podía importar menos. Estaba seguro que lo podía conseguir. Todos los entrenadores que había tenido decían que era muy bueno, pero claro Andrew no lo sabía, nunca se había molestado en ir a verme jugar un partido ¡Si mi padre ni siquiera sabía en qué posición jugaba!
Había intentado que me dieran una beca para que no me echara en cara que me estaba pagando los estudios. Mientras yo me concentraba en "darle patadas a una pelota" como a él le gustaba decir, pero debido al dinero que tenía mi familia había sido imposible.
Daba gracias de que esta noche hubiera fiesta, aunque fuera por un rato me iba a poder olvidar de todo. La fiesta en el puerto se realizaba todos los años para celebrar el inicio del curso y como siempre iba a estar a tope de gente. Estaba seguro que duraría hasta el amanecer, pero mi plan era acabar pronto. Desgraciadamente mañana a las dos tenía que estar en mi casa para comer. Y aunque, pagaría por no tener que verle la cara a mi "querido" padre, tenía que reconocer que me apetecía pasar un rato con Alice y Harry.
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Estaba a punto de salir de mi habitación cuando oí a la enana. En estos días que llevábamos viviendo pared con pared la había oído cantar muy a menudo, y la verdad es que era la hostia lo bien que lo hacía. Aunque suponía que tampoco era algo raro si, como comentó Kat hace un par de días desayunando, estudiaba canto y composición.
Esa era otra, aunque en estos días no habíamos tenido ningún otro encontronazo, mi prima y ella se habían vuelto inseparables.
–Jamie es súper simpática, debería sentarse algún día en nuestra mesa – soltó mientras cenábamos.
–Nena... sé que ahora sois amigas, pero no sé si sería lo mejor – dijo Colin sabiendo lo que opinaba yo respecto a esa horrible idea.
–Por supuesto que no se va a sentar en esta mesa. Déjala con sus dos únicos amigos – le contesté yo de inmediato dedicándole mi mejor sonrisa.
Y es que no había podido evitar fijarme en Jamie, sus increíbles ojos azules siempre llamaban mi atención, pero sobre todo mis ganas de molestarla me hacían estar pendiente de ella.
Jamie se había pasado estos cuatro días con Tracy, una chica a la que ya conocía un poco del año pasado por ser amiga de Kat. Y lo que más me sorprendía, la había visto varias veces con Connor Parker.
Lo conocía porque los dos estábamos en el equipo, no era mal tío, pero tampoco lo consideraba un amigo. Habíamos salido de fiesta algunas veces con los demás compañeros, y aunque nunca a mi nivel, tenía que reconocer que tenía bastante éxito entre las chicas.
¿Estaría interesado en la enana?
**************Acabábamos de llegar al puerto en mi Audi y como todos los años estaba a reventar de gente.
–Voy tirando, a ver si encuentro a Kathe que ya debe estar por aquí – me dijo Colin nada más bajar del coche.
Asentí distraído contemplando la pedazo fiesta que se había formado. Estaba caminando sin prisa hacia donde había quedado con mis amigos, cuando alguien a la que conocía muy bien me interceptó.
–Jay, menos mal que has llegado ya estaba notando tu ausencia – me saludó Molly a la vez que de forma sugerente rodeaba mi cuello con sus brazos.
–Seguro que sí – le dije con una sonrisa mientras llevaba mis manos a sus caderas y me inclinaba para morderle el labio, gesto que ella rápidamente convirtió en un beso.
No era mi novia, ni nada por el estilo. Follábamos de vez en cuando, pero los dos sabíamos que entre nosotros no había nada más que sexo. Llevábamos así prácticamente desde hacía dos años cuando nos conocimos. Y lo mejor era que lo hacíamos siempre que nos apetecía, nunca nos debíamos ninguna jodida explicación de lo que hiciéramos con otras personas, cada uno podía estar con quien quisiera.
Tras unos minutos la aparté suavemente y avancé junto a ella hacia el grupo.
Ahí estaba Jamie. Llevaba un vestido de color morado con pequeñas flores blancas. Era sencillo, corto y algo suelto. No pegaba mucho con la ropa que llevaban la mayoría de las otras chicas, pero le quedaba de puta madre. Me fijé en que llevaba puestas las que debían ser sus Converse preferidas, porque se las he visto casi todos los días.
– ¿Tú sabes que se trae Connor con la nueva? – pregunté a Molly sabiendo que se había enrollado con él varias veces.
–Pues lo de siempre, querrá meterse en sus bragas – me respondió sin darle mucha importancia.
Yo por mi parte me quedé un rato pensando en el tema mientras me bebía la primera cerveza de la noche.
Y es que se me hacía demasiado raro ver a Connor tan pegado a Jamie. Sabía por la conversación que había oído el otro día que tenía novio, y no iba a ser yo quién la criticara, pero si quería tener una aventura con alguien Parker no era el más indicado.
Y no me malinterpretéis me importaba una mierda lo que hicieran, pero conocía lo suficiente a Connor para saber que lo único que le gustaba era jugar con las chicas. Y a diferencia de lo que yo hacía, a veces no les dejaba muy claro que lo que había entre ellos era sólo sexo. Prometía cosas para conseguir su objetivo y luego las dejaba tiradas.
Aunque sin ninguna puta duda lo que de verdad me molestaba de Jamie es que con los demás fuera todo sonrisas y buenas palabras, mientras a mí en esta semana solo me había dirigido miradas de asco y algún que otro insulto.
Ninguna mujer me había tratado nunca así, con el resto compartía coqueteos, sonrisas y sexo. Y Jamie solo me miraba como si me quisiera matar ¡Si yo no le había hecho nada!
¡¡¡¡¡Holaaaa!!!! Ya estoy aquí, a partir de este capítulo empieza la verdadera trama. No os olvidéis de votar y comentar por favor, gracias a todos los que estáis leyendo mi historia.
Nos vemos pronto, besoooosss
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...