–Buenos días guapa, ¿vamos a ir a desayunar?
Me acababa de despertar de golpe y aunque en un principio pensaba que seguía siendo de noche, la luz que se colaba por mi ventana me hizo darme cuenta que ya era de día. Al coger mi móvil comprobé que eran las diez de la mañana, y aunque me moría de sueño me animé a enviarle ese mensaje a Kat. La noche anterior, antes de irme del bar habíamos quedado para desayunar juntas en un descanso que tuviera, se había presentado voluntaria para decorar la resi para Navidad. ¡Amaba hacer esas cosas!
–Lo siento, Jamie L pero estoy súper liada
Lo dejamos para otro día, no te enfades
Leí en cuanto mi móvil me avisó de su repuesta. Por supuesto que no me enfadaba, entendía que estuviera ocupada.
–No te preocupes, Kat
No hay problema ;)
Quieres que baje a echarte una mano?
–No, no
Tú sigue durmiendo tranquila, somos bastantes
Además Colin acaba de bajar a ayudarme
Respondió de inmediato sin ni siquiera desconectarse del chat. Y si me hubiera pedido que bajara lo habría hecho, aunque debía decir que seguía tumbada en mi cama tapada hasta el cuello con mi edredón. No me apetecía nada levantarme.
–Vale J pues luego nos vemos
Dejé mi móvil en la mesilla tras responder el último mensaje, y volviendo a acurrucarme en mi almohada, cerré los ojos disfrutando del olor, todavía guardaba ahí la camiseta de Jay que había usado alguna vez para dormir. Poco a poco mi respiración se fue relajando hasta quedarme de nuevo dormida. Ayer al entrar en mi habitación, después de lo que había pasado con Jayson me había costado mucho tranquilizarme. No podía dejar de darle vueltas a que habría pasado si yo no hubiera llegado a pararle. Porque era inútil mentirme a mí misma fingiendo que no me había gustado enrollarme con él en el pasillo, pero tampoco podía evitar pensar que nuestra situación no era la más adecuada para que eso pasara. Por lo menos no lo era hasta que habláramos con total sinceridad y no quedara ni una sola duda entre nosotros. Y es que cada vez que lo tenía cerca, y más después de besarnos de esa forma, dudaba sobre si mis decisiones habían sido las mejores. Había dado mil vueltas en mi cama antes de quedarme dormida, y es que la sensación de sus manos en mi cuerpo, sus besos y sentir la dureza de su espalda en mis manos todavía me perseguía. Además una vez ya metida en mi cama con todas las luces completamente apagadas, oí como la puerta de su balcón se abría y una luz tenue atravesaba mis cortinas. Tuve que contenerme y pensar con frialdad para no salir y pedirle a Jay seguir lo que habíamos empezado, pero no quería volverle loco con un ahora si, ahora no continuo. Debía reflexionar realmente que quería, y que estaba dispuesta a tolerar antes de permitirme seguir este tira y afloja con Jayson. Tampoco quería hacerle daño.
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– ¡Ey, Kat! – la llamé al entrar en el hall de la resi viéndola en la puerta del comedor.
–Jamie – me saludó abrazándome cariñosamente al acercarme. No es que normalmente no lo hiciera, pero me sorprendió la fuerza con la que lo hizo – Pensaba que ya estarías dentro – comentó mirando su reloj. Eran las tres de la tarde.
–Que va – dije riendo – Me he levantado hace una hora, solo me ha dado tiempo a ducharme y vestirme para bajar. ¿Qué tal ha ido la decoración? – dije observando los adornos que colgaban del techo y que estaban por todas las padres.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...