Esta noche era la puta fiesta de la residencia, le había prometido a Jamie que iba a ver con sus propios ojos pruebas de que Connor le estaba poniendo los cuernos. Desde la conversación que habíamos tenido en las gradas del campo de fútbol, le había estado dando vueltas sobre cómo podía demostrarle que su novio le engañaba. La única puñetera solución que había encontrado no me convencía una mierda, pero tras nuestra conversación en el balcón y asegurarle a Jamie que iba a ver esas pruebas, supe que esa era la única forma segura de conseguirlas. Nada podía salir mal o perdería su confianza, y con lo que había sudado para ganármela, eso era algo que no me podía permitir. Además, no soportaba ni un puto minuto más viendo cómo el idiota de Parker se salía con la suya.
No había visto a Molly en toda la mañana, a veces coincidíamos por el campus, pero justo hoy que la necesitaba no era ese maldito día. Preferí esperarme a la hora de la comida que perder mi tiempo buscándola, de todas formas en el comedor siempre se me acercaba.
–Molly, necesito hablar contigo – anuncié en cuánto se acercó a mi mesa.
–Hola, guapo – saludó sentándose a mi lado y dándome un beso en la mejilla – ¿Por qué tanta prisa? ¿Ni siquiera me vas a saludar?
–Hola, Molly, ¿qué tal? Necesito hablar contigo – repetí seco al segundo tras el irónico saludo. Molly se empezó a reír con esa risa falsa y coqueta que algunas veces utilizaba, y que cada vez que la oía me hacía replantearme mi "amistad" con ella.
Es verdad que a la hora de acostarnos, eran todo facilidades. Molly nunca exigía cosas que sabía que nunca iba a poder tener, pero yo era consciente que con sus amigas y otra gente de la universidad presumía de nuestros encuentros como si fueran alguna especie de "relación". Conmigo no era una mala tía, eso tenía que reconocerlo, pero también la había visto relacionarse con otras personas, y sabía de lo que era capaz. Aunque Molly intentara disimular delante de mí, había comprobado en primera persona como cambiaba cada vez que me veía interesado en otra chica.
– ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme? – preguntó mientras me acariciaba el brazo, gesto que paré en seguida agarrando su mano. No me gustaban las muestras de afecto en público, principalmente porque no éramos nada.
–Es un tema un poco complicado. Vamos a otro sitio más privado.
–Está bien. Vamos a mi habitación – soltó de manera resuelta poniéndose de pie, dirigiéndose a la puerta.
No pude evitar fijarme en el buen culo que le hacían esos jodidos pantalones. Molly sabía perfectamente que iba detrás de ella, así que no dudó en andar hasta los ascensores moviendo las caderas exageradamente. Su melena pelirroja se movía de un lado a otro, seduciendo a cualquiera que pasara a su lado. Molly era de ese tipo de chicas seguras de sí mismas; era guapa, tenía muy buen cuerpo, y sabía cómo sacarle partido. Sus grandes ojos marrones destacaban en su rostro enmarcado con ese jodido pelo rojo que tenía, y que sin duda era lo que más llamaba la atención en ella.
Nada más entrar en su habitación se me lanzó encima, y me empezó a besar. En un primer momento me dejé llevar, joder, no soy de puta piedra. Mi cuerpo respondió al instante, pero cuando noté que intentaba quitarme la camiseta me di cuenta de que era el momento de parar eso.
–Molly, quieta – dije alejándola un poco de mí.
– ¿Por qué? Eres tú en el que ha insistido en ir a un sitio más privado, Jayson – sonrió quitándose su camiseta. ¡Mierda! Iba a tener que hacer uso de todo mi jodido autocontrol.
–Dije que era para hablar, Molly. Y es algo importante – comenté antes de agacharme a recoger su camiseta para devolvérsela – Póntela – ordené mientras caminaba hacia la ventana dándole la espalda, pasándome las manos por la cara. Necesitaba concentrarme en el objetivo de esta conversación.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...