En cuanto Jay y Max se fueron insistí de nuevo a mi madre para que por fin tuviéramos la bendita conversación, pero una llamada de trabajo le sirvió para escaquearse varios minutos. Al colgar me dijo que en un rato la volverían a llamar, parecía haber una pequeña urgencia en el hospital y necesitaban su ayuda. Me recomendó subir a mi habitación por si me quería cambiar, seguía con el vestido de fiesta puesto mientras ella esperaba la llamada. Aunque durante unos minutos me resistí a moverme de su lado hasta obtener las respuestas que buscaba, acabé subiendo a mi cuarto con la promesa de que en cuanto bajara me contestaría cada una de mis preguntas.
Y tenía que reconocer que la ducha que me acababa de dar había sido una gran idea. Tenía muchas emociones recorriendo mi cuerpo, y debía estar lo más tranquila posible cuando bajara de nuevo a la cocina. Ver como Max se había ido al colegio contento en el coche con Jayson me quitaba un gran peso de encima, tenía un poco de reparo ante su reacción al saber que tenía un nuevo novio. Y aunque mi idea siempre había sido hablarles de Jay a mamá y a él en Navidad, todo había ocurrido de una forma muy diferente a la que me esperaba. Pero si algo bueno estaba teniendo este viaje improvisado era saber que seguía teniendo a Jayson a mi lado. No podía evitar sentir miedo a saber la verdad, pero saber que Jay estaba conmigo me hacía sentir más segura. Por fin habíamos conseguido mantener una conversación sincera, me había enterado de como Molly había organizado todo para que yo creyera que Jayson me estaba enganchando con ella. Todavía me sentía culpable por no haber confiado en Jay, pero había estado tan saturada con el tema de las peleas y me parecía tan imposible que alguien fuera capaz de organizar algo así, que me deje llevar por lo que tenía delante sin fijarme en que detrás había mucho más. Me aliviaba saber que Jayson lo había superado, y me enamoraba más de él que fuera capaz de reconocer que habíamos llegado a esa situación por culpa de ambos. Me había dolido que confesara que había buscado pruebas para demostrarme que decía la verdad, y devolverme el daño que yo le había hecho al dejarle. Pero también me gusto ver que era totalmente sincero, por muy duro que fuera oírlo. Lo importante es que volvíamos a empezar de cero, sin rencor, ni secretos; y que ahora no solo lo tenía, sino que Jay siempre iba a estar ahí para mí. Y sí, me arrepentía un poco de no haberle contado que era virgen, pero es que nunca veía la oportunidad y llegado el momento me parecía que decir aquello podía estropearlo. Aun así Jayson había sido inmensamente cariñoso, había estado tan pendiente de mí y había sido tan cuidadoso que había logrado que mi primera vez no solo fuera plena, también inolvidable.
Salí de mi habitación con el pelo un poco mojado, una vaquero, un jersey gordo de invierno y mis converse antiguas. No tenía mucha ropa aquí, me había llevado la mayoría a Boston por lo que entre las pocas opciones que tenía para elegir, y lo poco que me importaba en este momento, en media hora volvía a estar entrando en la cocina.
– ¿Podemos hablar ya? – pregunté haciendo que mi madre se girara hacia mí dando un pequeño salto. Estaba en la encimera preparando algo.
–Me has asustado, Jamie – dijo con una mueca nerviosa – Siéntate, he preparado café – explicó señalándome hacia la mesa.
Seguí sus indicaciones sentándome en el que solía ser mi sitio en la mesa de la cocina, y mientras mi madre nos servía tamborileé los dedos nerviosa en la madera.
–Jamie, voy a ser totalmente sincera contigo. Sé que te lo debo, cielo, pero antes de nada quiero que sepas que todo lo que he hecho lo he hecho pensando en ti. Lo único que he querido siempre es tu felicidad.
–Según Connor llevas meses mintiéndome y no tengo ninguna beca. ¿Es George quién paga la universidad y mi residencia? – cuestioné sin reparar en sus palabras, no quería perder más tiempo. Necesitaba saber la verdad ya.
–Hija, sé que el primer años de universidad que hiciste a distancia para ayudarme con Max te esforzaste mucho... Pero aunque tus notas eran altas nunca te hubieran dado una beca. Sabes que el sueldo de tu padre es demasiado alto, Jamie
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...