Mi vida era un continuo ir y venir de problemas. Ahora que en casa todo estaba tranquilo, las veces que había hablado con mamá me había dicho que se estaba organizando muy bien, y que pasaba casi todas las tardes con Max, me enteraba que Connor podía estar engañándome. ¡Y desde hacía un maldito año!
Me iba a volver loca de tanto darle vueltas a la cabeza. No me podía creer que fuera verdad, no paraba de preguntarme las mismas cosas una y otra vez; cuánto habría tardado en empezar a ponerme los cuernos desde que se fue de Pittsfield, con cuántas chicas lo había hecho, se arrepentía, lo seguía haciendo desde que yo estaba aquí, cuánta gente de la que me había presentado desde que llegué lo sabrían... Pero lo que más me dolía pensar era si Tracy estaría enterada de lo que estaba pasando.
No quería ni pensar en qué haría si ella lo supiera. Sabía que desde que habían empezado la universidad Connor y Tracy no pasaban tanto tiempo juntos como antes, pero me costaba pensar que si mi novio de verdad me estaba engañando, ella que vivía y estudiaba en el mismo sitio que él no supiera nada. En estos últimos días que habían pasado desde la conversación con Jayson, aproveché que Tracy sabía que mi relación no pasaba por el mejor momento para hacer algunos comentarios como "si Connor me engañará me moriría", "no sería tan raro que estuviera con otra", y así comprobar su reacción. La conocía casi mejor que a mí misma, y hubiera sabido si me estaba mintiendo, pero no noté nada que me hiciera sospechar. Lo único que conseguí fue sentirme una perra por dudar de mi mejor amiga.
Sin duda, también había pensado de nuevo en qué todo esto era una broma del gracioso de mi vecino, pero la forma en la que Jayson me lo contó, y sobre todo su forma de mirarme mientras lo hacía, me hacía pensar que me estaba diciendo la verdad. O por lo menos lo que para él era la verdad.
Estaba sentada en la alfombra de mi habitación, mientras acababa de componer una de las canciones que debía entregar mañana en clase cuándo alguien llamó a mi puerta. Por un momento, imaginé que podía ser Jayson, y al igual que me había pasado cada vez que lo había visto durante esta semana; su forma de cogerme la cara, su gesto de recogerme el pelo detrás de la oreja y su delicadeza limpiándome la única lágrima que se me había escapado se reproducían una y otra vez en mi mente. Al pensar en mis lágrimas también pensé en Connor, no me sentía muy cómoda estando con él. Si nuestra situación desde que yo había llegado no era nada fácil, mucho menos después de lo que Jayson me había contado. Cada vez que me daba un beso o me decía alguna palabra bonita me sentía sucia, como si me estuviera engañando a mí misma. Necesitaba aclarar ya lo que estaba pasando, no podía seguir viviendo así.
Los toques en la puerta se repitieron un par de veces más, pero al no obtener respuesta por mi parte, la persona que estaba al otro lado se cansó... o eso pensaba yo.
– ¡Jamie! ¡Abre soy Kat! – gritó haciéndome saltar en el sitio del susto.
– ¡Voy! – contesté levantándome con la mano en el pecho, el corazón me iba tan rápido que parecía que se me iba a salir.
–Hola, Kat. Pasa – saludé nada más abrir la puerta – Me has dado un susto de muerte.
– En qué estarías pensando – dijo con una sonrisa pícara. Si tú supieras, pensé – ¿Estás ocupada? Si quieres vuelvo luego... como no abrías.
–No, no. Estaba acabando la canción para clase, pero pasa... No abría porque no sabía quién era – dije un poco avergonzada mientras la seguía y me sentaba a su lado en el sofá.
–Entonces las cosas con Connor no están muy bien – confirmó mirándome con compresión.
–Ah – suspiré – No, todo sigue igual. Él cree que todo está solucionado, pero yo siento que lo mejor que podríamos hacer es dejarlo.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...