Capítulo 24 Jamie

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Después de que Jayson se fuera me quedé un rato más en las gradas pensando en cómo había cambiado tanto mi vida en tan poco tiempo. Hacía un año tenía una familia feliz, estaba deseando acabar el instituto para ir a la universidad, tenía un novio y una mejor amiga que adoraba, y me iban acompañar en esa aventura; y ahora ya no quedaba nada de todo eso. Todo había cambiado tanto, que ahora hasta tenía un amigo con derechos.

Nunca había sido muy partidaria de ese tipo de relaciones, consideraba que traían demasiados problemas y los sentimientos se podían acabar confundiendo. Y la verdad, es que debía reconocer que había sido un poco extraño pasar de estar besándonos a que Jayson se fuera como si nada, pero como él mismo había dicho eso era lo bueno de tener algo sin compromiso. Él era libre para hacer lo que quisiera, y con quién le diera la gana, y no me molestaba que lo hiciera. Yo sabía a lo que me enfrentaba cuando le pedí tener ese tipo de "relación", pero estaba claro que todavía me tenía que acostumbrar.

Decidí pasarme por la cafetería de la universidad, y comprar un par de sándwiches para comer con Kat en los jardines del campus. Sería mi forma de compensarle el haberla dejado tirada en clase. Además, también tenía que contarle lo que había pasado en el baño, sino se había enterado ya por la boca de la propia Tracy. Le mandé un mensaje avisándole, y al rato apareció un poco preocupada por mi espantada de antes. Después de contarle con detalle mi encuentro con Tracy, rápidamente me mostro su apoyo. Mi ex mejor amiga no se le había cercado en toda la clase, así que por lo menos la distancia que cada una le habíamos pedido, sí iba a respetarla.

Tras pasar parte de la tarde por el campus con nuestros compañeros,  y en la biblioteca, nos volvimos a la residencia. A Kat le habían dado el papel de villana en la nueva obra de teatro que preparaba la universidad, para ella el mejor papel del mundo porque era el más divertido, y quería que la ayudara a ensayar. Cuándo nos quisimos dar cuenta ya era de noche, y Kat había quedado para cenar con Colin. Insistió en que fuera, que a Colin no le iba a molestar, pero preferí quedarme en mi habitación. Nunca me había importado pasar tiempo sola, me ayudaba a relajarme, a componer y a estar tranquila conmigo misma. Además, también aproveché para hablar con mamá y Max. Mamá se alegró de que ya me hubieran "arreglado el móvil", e insistió en que si necesitaba algo se lo dijera. Fue difícil aguantarme las ganas de contarle la verdad, pero sabía que aunque para mí sería quitarme un peso de encima, para ella sería un dolor de cabeza más que sumar a su vida.

Antes de meterme en la cama, ya se estaba volviendo una tradición, salí al balcón a tomar un poco el aire. Me gustaba estar aquí fuera, las vistas del campus eran increíbles y la brisa fresca que corría en esa época del año me encantaba. No pude evitar fijarme en que en la habitación de al lado no se apreciaba ninguna luz. Desde que Jayson se había ido esta mañana no lo había vuelto a ver, y no es que estuviera preocupada, pero las prisas que le habían entrado al recibir la llamada no eran del todo normales. Y qué a esta hora no estuviera en su habitación tampoco. ¿No iba a pasar la noche en la residencia?

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La mañana se había presentado como una más en la rutina universitaria, una clase tras otra hasta que llegó la última. Y todos los estudiantes abandonamos el edificio con prisas por salir de ahí, y con ganas de comer.

Me encontré con Kat en la puerta de la residencia, no habíamos coincidido desde que nos despedimos en la entrada del campus hacía unas horas.

– ¿Qué tal la mañana, Jamie? La mía un coñazo, mucho hablar y hablar, pero para ensayar solo nos dejan una hora.

–Pues la mía ha sido algo parecido, la verdad – contesté encogiéndome de hombros.

–¡Ah! – gritó de repente – Se me olvidaba, me he enterado de algo que te va a dejar con la boca abierta – me dijo con una sonrisa pícara.

Odio Amarte#1 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora