Capítulo 47 Jayson

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¡Estaba hasta los cojones de sentirme así! Lo había intentado, me había arrastrado como nunca lo había hecho por nadie, pero Jamie me había dejado muy claro que no me creía. Y a lo mejor era verdad lo que decía y no debíamos estar juntos. Tres veces, tres conversaciones intentando que me perdonara, intentado recuperar lo nuestro y ni una había servido para nada. ¡Pues perfecto! No quería estar conmigo, no quería saber nada de mí... Eso era lo que iba a tener. ¡Pero joder, como dolía!

–¡¡Mami!! – oí gritar a Ali desde su habitación. Rachel acabaría de llegar y por primera vez aun sabiendo que el próximo en llegar podría ser Andrew no sentí esa necesidad de salir corriendo de esa casa.

Pensar en volver a la residencia y tener a Jamie a unos pocos metros de mi o encontrármela cara a cara al salir o entrar de mi habitación era todavía peor. Hacia muchísimos años que no lloraba, de pequeño lo hacía continuamente, hasta que cumplí diez años. Era el día de mi cumpleaños y esa tarde iba a ver una gran fiesta en casa con todos mis amigos del colegio y mi familia. Mis padres estaban de viaje, se habían ido un par de días antes pero ambos prometieron volver si o si para ese día. Hubo una gran tarta, muchos regalos pero ni mi madre ni mi padre aparecieron allí. Mis abuelos y mis tíos les estuvieron llamando toda la tarde mientras a mí me mentían diciéndome que estaban de camino, pero todos se acabaron yendo de la fiesta y ellos nunca llegaron. Ese día Helen y Harry me consolaron hasta que me dormí cansado de llorar, eso sí a la mañana siguiente me prometí a mí mismo que ese día iba a ser el último que lloraría por alguien. Lo tenía tan claro como que mis padres no eran mis padres por mucho que lo dijera un documento o la biología. Pero dolía como un puto infierno saber que acababa de perder a la persona que había abierto mi corazón. Jamie me había enseñado que el amor existía, la quería más que a nada; y lo había comprobado de la forma más cruel... perdiéndola.

– ¡¿Jay, dónde estás?! – escuché gritar a Alice por el pasillo y aunque no me apetecía hacer nada me obligué a levantarme de la cama – ¡¡Jay!!

–Aquí estoy, princesa – respondí asomándome por la puerta de mi habitación.

Rápidamente levantó la cabeza mirándome y una sonrisa apareció en un su cara antes de salir corriendo hacia mí. Estaba claro que el mejor sitio para estar ahora era esta casa.

–Te estaba buscando, Jay – dijo según abría los brazos para ella y la levantaba sin ningún esfuerzo – Mi mami acaba de llegar y dice que tenemos que bajar a comer.

–Habrá que hacerle caso entonces – contesté con una sonrisa mientras pellizcaba levemente su mejilla haciendo que me mirara con mala cara y no pudiera evitar reírme –Te quiero, princesa – dije besando su mejilla y de inmediato me abrazó poniendo su cabeza en mi hombro.

–Yo también te quiero, Jay. Eres mi hermano favorito – anunció acariciando con su pequeña mano mi mejilla.

–Serás mentirosa – dije riendo, comenzando a hacerle cosquillas – Sé que a Harry le dices lo mismo eh – la reté con una sonrisa al oír sus carcajadas.

–No, no, no... te lo prometo, Jay. Tu eres más favorito que Harry – me intentó convencer entre risas mientras bajaba las escaleras para ir a la cocina con ella en brazos.

– ¿Estás segura, princesa listilla? – pregunté parando de hacerle cosquillas y mirándola serio, intentado aguantar mi sonrisa.

–Hoy si – respondió encogiéndose de hombros como si fuera algo evidente. No aguanté la carcajada que estaba conteniendo y me empecé a reír negando con la cabeza.

–Eres una tramposa, Ali – comenté dando un toque en su nariz.

–Claro que no, he dicho la verdad – se defendió cruzándose de brazos indignada por mis palabras.

Odio Amarte#1 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora