Capítulo 10 Jayson

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– ¡Somos unos putos cracks! – gritó Colin nada más entrar al vestuario dándome un abrazo y un par de empujones amistosos.

Yo como buen capitán también me dediqué a ir uno por uno felicitando a todos los jugadores, por el esfuerzo y por no rendirnos. Sabía que una palmadita en la espalda o un choque de puños siempre se agradecían.

Habíamos remontado el partido tras un 3-0. Matt, nuestro delantero, había marcado el gol de la victoria, y entre Evan y yo habíamos logrado empatar unos minutos antes.

Tras risas, abrazos y gritos de celebración; llegó la charla del entrenador Maxwell que no estaba tan contento como nosotros. Nos echó la bronca por salir tan desconcentrados al campo, y dejar que nos marcaran tres goles sin hacer prácticamente nada. Tras unos largos minutos de enfado, nos felicitó escuetamente por saber remontar ese resultado. Y para desagracia de todo el equipo, que ya preparábamos la fiesta de celebración, nos citó el día siguiente a primera hora para ir al gimnasio a recuperar.

Hubo gritos de protesta y abucheos, pero Maxwell ya estaba bastante acostumbrado a eso. Y en cierto modo se hacía el tonto porque sabía que la fiesta no se iba a suspender, cosa que no le importaba mucho siempre que no se descontrolara. Iríamos como todas las veces al bar que se encontraba cerca del campus, donde celebrábamos todas las victorias y olvidábamos las derrotas.

El fútbol era muy respetado en nuestra universidad y a los jugadores se nos veía como auténticos dioses. Habíamos ganado las últimas tres ligas, y eso nos había convertido en historia viva de Boston University. Cada vez eran más los aficionados a nuestro fútbol, lo que conllevaba que también hubieran aparecido muchas más "grupies". Muchos de ellos sabían que casi siempre íbamos al mismo bar así que cuando entramos por la puerta, nos recibieron entre aplausos y vitorees. Caminé entre la gente chocando las manos hasta llegar a la barra.

–Aquí tienes tu cerveza. Ya sabes a la primera invita la casa – me dijo Tom, el dueño del bar. Siempre que ganábamos invitaba a la primera ronda –Felicidades por el gol y disfruta de la noche – se despidió guiñándome un ojo y mirando hacia la esquina del local.

Me giré hacia allí y vi a un grupo de chicas que me miraban entre sonrisas y cuchicheos. Tenía que reconocer que a alguna la conocía "demasiado bien", y ya sabía que era exactamente lo que querían de esta noche. Durante mi primer año aquí me sorprendió ver como algunas se conformaban con un revolcón y no insistían en tener nada más, pero con el paso del tiempo tanto ellas como yo sabíamos que eran lo único que iban a obtener. Y de alguna manera eso parecía ser suficiente. Supongo que algunas mujeres también sabían disfrutar de una noche sin compromiso, y otras simplemente estaban felices de haber compartido cama con un jugador de fútbol.

Pero lo que verdaderamente llamó mi atención fue lo que estaba pasando a dos mesas de ahí. Jamie estaba sentada con Connor, y por los gestos y caras de ambos no parecían estar muy contentos. No sabía qué tipo de relación tenían, pero conociendo el historial de él y el poco tiempo que hacía que se conocían algo muy serio no podía ser.

Fui a sentarme en la mesa de siempre donde estaban mis amigos y algunos de mis compañeros de equipo más cercanos. Entre ellos también estaba mi prima, como siempre pegada a Colin. Esos dos y su amor me daban una jodida pereza...

– ¡Kat, qué raro es verte aquí! Y todavía más que estés encima de Colin – le dije con total ironía.

–Ja ja, muy gracioso. Sé que eres un envidioso, pero Colin antes de ser tu amigo es mi novio.

–Sabes que no soy celoso, me encanta compartir – respondí haciendo que pusiera los ojos en blanco – Pero por su salud, deberías dejarlo respirar de vez en cuando – seguí hablando con una sonrisa provocando las carcajadas del resto.

Odio Amarte#1 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora