¡Estaba pasando la mejor semana de mi vida! Al día siguiente de Navidad Jay y yo volvimos a la resi para preparar nuestro equipaje, el muy listo ya tenía absolutamente todo el viaje organizado. No había dudado en poder convencerme y la verdad es que aunque tuve mis dudas, Jayson tenía toda la razón; nos merecíamos estos días para nosotros solos. París era una ciudad mágica, que con cada rinconcito que descubría de ella más me enamoraba y si encima lo hacía al lado de Jay ¿Qué más podía a pedir?
Mientras estábamos en la Avenida de los Campos Elíseos rodeados de millones de personas y observando como un Arco del Triunfo increíblemente iluminado daba la cuenta atrás para el nuevo año, me giré hacia Jayson. Sonreía mirando al frente y por primera vez desde que lo conocía observé algo que hizo palpitar mi corazón; Jay era completamente feliz, ninguna arruguita se apreciaba entre sus cejas. Jayson había sabido luchar contra sus demonios y había ganado. Y aunque casi nos perdemos el uno al otro por el camino, habíamos sabido recapacitar y luchar por nuestra relación hasta llegar a donde ahora nos encontrábamos: nuestras manos estaban entrelazadas y nuestros corazones palpitaban a la misma velocidad. Estos días en París nos habían servido para unirnos más que nunca, habíamos disfrutado como niños pequeños en Disneyland y recorriendo la ciudad mientras jugábamos a perseguirnos el uno al otro. Además de haber compartido muchos momentos de intimidad, habíamos hablado con sinceridad sin esconder ningún sentimiento o pensamiento que nos perturbara. En definitiva, habíamos compartido confidencias desnudos en la cama acariciando con amor nuestros cuerpos tras una noche... o mañana de pasión sin ningún escudo o vergüenza tras la que escondernos.
–¡¡¡Tres, dos uno!!! – comenzó a gritar todo el mundo la cuenta atrás – ¡Feliz Año Nuevo! – se escuchó gritar, y aunque por supuesto predominaba el francés se repitió en varios idiomas a nuestro alrededor.
No me extrañaba que mucha gente hubiera venido como nosotros en estas fechas, si París siempre era bonito ahora mismo estaba precioso. Los fuegos artificiales empezaron a resplandecer en el cielo formando figuras abstractas de todos los colores. Los ruidos y gritos de alegría llenaron mis oídos haciendo que una sonrisa apareciera en mi cara.
–Feliz año, enana – me dijo Jay girándose hacia mi rodeando mi cintura mientras yo me tiraba a sus brazos sonriente – Te quiero mucho, Jamie. Y no sabes de que puta forma me alegra estar aquí contigo.
– ¡Feliz año nuevo, Jay! – grité contenta en sus brazos – Yo también estoy feliz de estar aquí, gracias por convencerme para venir. Aunque esté teniendo que aguantar alguno de tus berrinches – bromeé aguantándome la risa.
–Que jodida vergüenza – se quejó apoyándome en el suelo para ver mi cara – Soy yo él que está teniendo que aguantar tus berrinches porque a la señorita no le gusta que le paguen sus cosas. Yo tengo mi propio dinero, trabajo para eso y quiero pagar mis cosas – imitó con una voz aguda que para nada se parecía a la mía lo que yo siempre decía cuando Jayson intentaba pagar todo.
Porque sí, también habíamos discutido unas cuantas veces. Era normal en nosotros, los dos éramos muy cabezotas y ninguno quería dar su brazo a torcer y que él otro ganara. Había venido a París con la única condición de que Jay me dejara pagar alguno de los gastos, y por mucho que se empañara no iba a cambiar de opinión. Un par de veces en las que me distraje consiguió pagar las comidas y cenas, pero con mi consecuente enfado por jugar sucio y hacer las cosas a mi espalda. Y Jay se cabreaba cada vez que me ponía pesada e insistía en pagar por lo menos mis cosas, ya que las suyas ni una sola vez me había dejado costearlas. Lo bueno de todo esto era que nuestros enfados duraban alrededor de diez o quince minutos como mucho. Hasta que uno de los dos, nos íbamos turnando no siempre era el mismo el que primero cedía, se cansaba de esa situación y buscaba al otro hasta que con gestos de cariño, besos, caricias y alguna que otra broma lograba contentarle de nuevo y seguir como si nada hubiera pasado.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...