Me fui directa a clase y por primera vez desde que había llegado a Boston agradecí que ese día no me tocara compartir ninguna asignatura ni con Tracy, ni con Kathe. Fue agradable estar rodeada de caras conocidas que no sabían nada de lo que había pasado, y que me trataban como la Jamie de siempre. Además, durante unas horas logré olvidarme de todo y disfrutar de lo que más me gustaba en el mundo, cantar.
Las dudas volvieron al mediodía, no quería ir al comedor de la residencia, sabía que allí me encontraría sí o sí iba con alguna de las personas que prefería no ver , o lo que me daba más miedo con todos a la vez. Quería ir cerrando frentes de uno en uno, por eso, me guié por lo que me decía mi corazón y le mandé un mensaje a Kat.
-¿Comemos juntas en la cafetería que hay a la salida del campus?
Quizás había sido muy directa y debía haberle puesto algo más, un saludo o un cómo estás. No me dio tiempo a pensarlo mucho porque rápidamente el cua- cua de mi móvil me avisó de la llegada de un menaje.
-Claro que si, Jamie :) Estoy deseando verte. ¿¿En diez minutos en la puerta??
Le contesté con un simple sí, y me puse en dirección a la cafetería. Cuando llegué no vi a nadie, eran las dos y media de la tarde y la mayoría de la gente ya se encontraba dentro disfrutando de su comida. Me puse a un lado de la puerta para no molestar, y a los cinco minutos oí mi nombre.
– ¡Jamie! ¡Dios, cuántas ganas tenía de verte! – me dijo Kathe abrazándome casi colgada de mi cuello como si hiciera años que no nos veíamos. Y aunque, en un primer momento pensaba mantener las distancias hasta que habláramos, al sentir su abrazo no pude evitar devolvérselo con todas mis fuerzas.
–Yo también tenía ganas de verte – reconocí con los ojos llorosos y los sentimientos a flor de piel.
–Tenemos mucho que hablar, Jamie, voy a explicarte todo lo que quieras. Sé que estarás confundida, pero tienes que saber que yo no sabía nada de lo que el estúpido de Connor te estaba haciendo – soltó un poco acelerada acabando con el abrazo.
–Está bien, tranquila, Kat – acepté yo también un poco más calmada intentando sonreír al oír esas palabras de su boca – Vamos a entrar, y mientras comemos me cuentas todo.
Asintió con una sonrisa, y las dos nos encaminamos hacia la entrada. La cafetería estaba a rebosar, y la única mesa que había libre en ese momento estaba al fondo del local. Cosa que agradecí internamente, lo último que quería era que alguien nos escuchara y acabara siendo la cornuda del campus.
La camarera apareció enseguida y nos tomó nota de lo que íbamos a pedir. Las dos pedimos pasta para comer, pero Kathe lo acompañó con agua mientras que yo me decidí por una Coca-Cola. La chica nos sonrió al acabar de apuntar y nos dijo que en unos minutos volvería con nuestra comida. Ambas nos quedamos en silencio, uno bastante incómodo por otro lado, creo que ninguna sabía muy bien por dónde empezar a explicarse, pero en el momento que las dos levantamos la cabeza y nos pillamos mirándonos de reojo la una a la otra no pudimos evitar echarnos a reír.
–Somos un par de bobas – dijo Kathe entre risas – No nos conocemos de hace mucho, solamente unos meses, pero yo te considero una amiga, Jamie, y creo que las dos estamos en una situación parecida.
– ¿A qué te refieres? – pregunté sorprendida pensando lo peor.
–A qué ahora mismo tu eres mi única amiga aquí. Me llevo bien con mucha gente, pero a la única que consideraba amiga de verdad era a Tracy, y... bueno, creo que después de lo que ha hecho tengo dudas de que eso sea una verdadera amistad – me contestó con una mueca triste.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...