Estaba tumbada en mi cama pensando en todo y en nada. Hacia un par de horas que había vuelto de clases, y lo que había pasado con Jayson todavía daba vueltas en mi cabeza. La noche anterior me había vuelto a la residencia con Tracy y su novio Mark. No había vuelto a ver a Connor, me había mandado un solo mensaje avisándome que hoy iba a estar muy ocupado, y que no nos íbamos a poder ver en todo el día.
Y por mucho que me fastidiara reconocerlo estaba mucho más preocupada por lo que había ocurrido con mi vecino, que por la relación con mi novio. Tenía mucho miedo de encontrarme en el pasillo con Jayson, no sabía cómo íbamos reaccionar ninguno de los dos, pero no me podía quedar encerrada aquí el resto de mi vida. Y menos esta tarde, Allison me había llamado para avisarme de que pasaría a recogerme para ir a la academia de baile, donde mañana empezaría a dar clases. Era el mismo sitio donde ella había trabajado mientras estudiaba, y que ahora había dejado al encontrar un puesto fijo como psicóloga infantil en un colegio de la ciudad. Había hablado con su amiga Hillary que era la hija de la dueña para que yo pudiera reemplazarla.
Estaba feliz por mi nuevo trabajo, así podría ocuparme yo sola de mis gastos y haciendo algo que verdaderamente disfrutaba. Tanto Allison como yo habíamos ido a clases de baile desde los cuatro años, idea de mi madre. Y aunque no solía reconocerlo en voz alta, porque al principio me negaba a ir, cuando era niña solo quería jugar al fútbol, era algo que siempre le agradecería. Había aprendido a bailar todo tipo de estilos, y además eso me había salvado de más de una vergüenza cuando empecé a salir de fiesta con mis amigos.
Mi hermana me había dicho que vendría sobre las seis a recogerme. Yo ya estaba preparada, y esperando a que me mandara un mensaje para bajar hasta la puerta. Para hacer tiempo decidí asomarme al balcón para ver si veía su coche aparcado en la entrada de la residencia, pero lo que me encontré fue otra cosa.
Un Jayson con pantalón corto y sin camiseta se estaba fumando un cigarro sentado en una silla, mientras tecleaba algo en su portátil. Sin quererlo mi mirada cayo en su pecho y brazos, era musculoso, pero sin estar hinchado. Tenía el cuerpo muy bien definido, y en su hombro asomaba algo que parecía ser un tatuaje. Debí hacer algún mínimo ruido o sintió mi mirada porque de un momento a otro clavó sus ojos en los míos.
–Buenas tardes enana, ¿admirando la vista? – me dijo con una sonrisa socarrona mientras mis mejillas se encendían poco a poco.
–Claro que no. Solo estoy mirando a ver si veo llegar a alguien – dije volviendo mi vista hacia el frente.
Debió notar lo nerviosa que me había puesto porque se partió de risa en mi cara. Y otra vez estaba consiguiendo enfadarme en un tiempo récord.
–Si mentirte a ti misma te hace sentir mejor – comentó sin borrar la sonrisa de su cara dándole una calada a su cigarro.
–Ten cuidado no te vayas ahogar con tu propio ego – dije esta vez mirándole con mala cara.
Justo cuando Jayson iba a abrir la boca para decir alguna otra estupidez mi móvil sonó. Le dije a mi hermana que ya bajaba y colgué.
– ¿Ya te vas? Con lo divertido que estaba siendo esto – comentó con sorna.
–Estar contigo es cualquier cosa menos divertido – le respondí sin una pizca de humor.
–Enana, no me retes. Cuando quieras te puedo enseñar lo divertido que es estar conmigo – me soltó con una clara doble intención haciendo un movimiento con las cejas que me hizo volver a sonrojarme.
No se me ocurrió otra forma de reaccionar que sacarle el dedo del medio mientras me daba la vuelta y salía de mi habitación. Sus carcajadas fueron lo último que oí antes de cerrar la puerta de mi habitación. Por lo menos no había comentado nada sobre lo de anoche.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...