Capítulo 38 Jamie

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No recordaba todo lo que había pasado la noche anterior, tenía ciertas lagunas que me impedían conectar todo lo que había hecho hacia unas horas. Además el dolor de cabeza que sentí en cuanto abrí los ojos era horrible y me impedía intentar recordar. Solo tenía ganas de dormirme otra vez hasta que dejara de sentir como si me estuvieran golpeando con un martillo en cada pequeño movimiento que hacía. Volví a intentar abrir los ojos de nuevo poco a poco y vi que ya había luz en la habitación, las cortinas estaban cerradas pero no habíamos bajado las persianas por lo que el sol se colaba a través de la tela. Me giré con cuidado hacia el otro lado de la cama como si mi cabeza se pudiera a romper en mil pedazos de cristal, y vi que Jayson ya estaba despierto. Estaba boca arriba, bastante concentrado mirando su móvil y tenía la sábana por la cintura por lo que me dejo ver su torso desnudo. No se había dado cuenta de que ya me había despertado así que me moví hasta estar pegada a él y le di un beso en su hombro, al lado de su tatuaje.

Bajó su mirada sorprendida hasta mí y al verme con los ojos abiertos una sonrisa apareció en su cara.

–Buenos días, enana. ¿Has dormido bien? – preguntó y vi cómo trataba de contener la risa, seguro que sabía que ahora mismo tenía un dolor de cabeza que me estaba matando.

–Me duele mucho la cabeza – me quejé acurrucándome en su brazo y oí como al fin se reía – No te burles, no es gracioso. ¿Además por qué tú estás tan bien? – pregunté levantando mi cabeza para mirarlo pero me dolió tanto que tuve que volver a apoyarla.

–Me alegra que pienses que estoy bien, enana – comentó socarrón guiñándome un ojo –Y no tengo resaca porque se beber – respondió entre risas al ver como casi no me podía ni mover – No suelo hacerlo por el fútbol pero cuando lo hago sé hasta dónde puedo llegar para no acabar como hoy estas tú.

–Para saber controlar eso es que has estado muchas veces como yo – comenté con la voz ahogada por tener la cara pegada a su piel.

–Posiblemente sea eso – dijo acariciando mi cabeza y dejando un beso en ella – Y míralo por el lado bueno por lo menos no has acabado vomitando.

–Gracias a dios – solté muerta de la vergüenza solo de pensar que había podido vomitar delante de todos – ¿Y qué hora es? – pregunté oyendo su risa.

–Las doce – respondió Jay mientras acariciaba mi brazo que estaba sobre su abdomen – Los demás ya deben estar levantados, por lo menos Colin, Kat, Ben y Hannah lo estaban. No sé Logan y Evan.

– ¿Los has visto? – pregunté un poco desorientada separándome de su cuerpo para mirarlo. Pensaba que Jayson también se acababa de despertar.

–He bajado antes al baño de abajo para ducharme. No quería despertarte – comentó con el ceño fruncido sentándose en la cama con la espalda pegada en el cabecero.

– ¿Ha pasado algo? Desde que me he despertado te veo como enfadado – dije sentándome a su lado aunque no tardé en apoyar de nuevo mi cabeza en su hombro – ¿Es por lo que pasó anoche entre nosotros? – pregunté un poco preocupada de que estuviera arrepentido.

–Joder, claro que no, enana – dijo tirando de mi para sentarme en sus piernas – Lo de ayer fue la ostia. El único problema es que otra vez nos volvieron a interrumpir pero ya tendremos tiempo, no te preocupes por eso.

– ¿Entonces por qué sigues con el ceño fruncido? – pregunté acariciando entre sus cejas para que se relajara, haciendo que sonriera levemente.

–Mi madre me envió un mensaje ayer por la mañana felicitándome – soltó con un resoplido de frustración – Lleva meses sin saber nada de mí y ahora de repente se acuerda que es el cumpleaños de uno de sus hijos y que le apetece verme – comentó enfadándose por momentos.

Odio Amarte#1 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora