Mi último intento de acercarme a Jayson e intentar arreglar las cosas había tenido el mismo resultado que los anteriores, ninguno. Me había pasado toda la tarde en mi habitación tras nuestra conversación en la entrada del comedor; me sentía sola, triste y sobre todo muy tonta por hacer daño a una persona a la que quería tanto (más cada día), y que siempre había estado para mí en los momentos en los que lo había necesitado.
Decidida por fin a solucionar todo, después de cenar me quedé esperando en el pasillo. Sabía que Jayson no estaba todavía en su habitación, así que si me quedaba ahí fuera en algún momento nos teníamos que encontrar. Lo que no me imaginé era que prácticamente no me iba a dejar decirle nada, se le veía agotado físicamente, y al observar sus ojos pude ver que también lo estaba mentalmente. No quise molestarlo y tras pedirme que lo dejara solo me di la vuelta y me metí otra vez en mi habitación. Lo intenté, de verdad que lo hice, pero no podía quedarme así. Tenía algo dentro de mí que me impedía si quiera sentarme a pasar el rato o hacer cualquier otra cosa. Quería poder explicarle por fin a Jayson todo lo que sentía, y respirar de una vez tranquila, pero sobre todo necesitaba hablar con él para ver si así conseguía aliviar o resarcir un poco el daño que le había hecho.
Me dejé caer sobre mi cama, respirando profundamente, y mi cabeza volvió a reproducir las palabras que Jay me había dicho al salir del comedor, llevaba toda la tarde igual. A la tercera vez hubo algo que esta vez llamó mi atención; "Saber que estás al otro lado de la pared queriéndome solo me da ganas de saltar el balcón y colarme en tu habitación". Jayson me había confesado que esa idea se le había pasado por la cabeza más de una vez. Sin duda era algo arriesgada, y ya no solo por la reacción que pudiera tener sino porque saltar un muro de algo más un metro y medio tampoco era demasiado fácil. Por lo menos para mí, pensé mientras me subía a la silla que había puesto al lado para ayudar a subirme a lo alto de la pared.
Estaba sentada en lo alto del muro con una pierna a cada lado, cuándo la puerta corrediza de la habitación de Jayson se abrió de golpe, y él salió hacia fuera. Ni siquiera se dio cuenta de que yo estaba ahí, estaba tan concentrado hablando con alguien a través de su móvil que pude observarlo con calma. No llevaba camiseta solo tenía puesto un pantalón corto holgado, por lo que pude apreciar su espalda ancha y fuerte mientras él se asomaba al otro extremo del balcón encendiéndose un cigarrillo. Era la primera vez que creía que era una suerte que no hubiera demasiada luz aquí fuera. Observé con detalle su tatuaje, aunque no era la primera vez que lo veía, lo tenía en el brazo justo debajo del hombro y era una espacio de dibujo tribal, lo que no sabía era si tendría algún significado. En un momento que movió el brazo para darle una calada al cigarro mis ojos se clavaron en la zona de sus costillas y el color morado que marcaba esa zona de su cuerpo me sacó de ensimismamiento. Tuve que sofocar un grito para no asustarlo y que no se diera cuenta de que estaba allí, pero solo mirar ese gran moratón me estaba doliendo.
Jayson parecía estar cabreándose por momentos, no tenía ni idea de con quién estaría hablando, pero según iban pasando los minutos su tono de voz iba en aumento. Discutía con alguien sobre un dinero que le debían y sobre intentar cambiar el horario de algo, viendo que la persona que estaba al otro lado del aparato no estaba muy de acuerdo con lo que él decía Jayson se acabó rindiendo, y tras un "hay cosas que no son negociables" colgó.
No sabía cómo actuar, Jay no tardaría en darse cuenta de que estaba aquí fuera observándole. Antes de que se girara, me viera y pareciera una loca acosadora decidí tomar las riendas de la situación.
– ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué tienes esos golpes en el cuerpo? – me atreví a preguntar.
– ¡Joder, ostia puta! – maldijó Jayson al girarse como un resorte nada más oír mi voz, hasta el cigarrillo se le cayó de la boca – ¿Qué mierda haces ahí subida, Jamie? – me miró incrédulo mientras pisaba el cigarro para apagarlo.
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Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...