Hacia mucho tiempo que no disfrutaba de estos putos días. De pequeño siempre esperaba con ganas que llegara la Navidad, como cualquier otro niño disfrutaba de abrir los regalos esa mañana. Pero según me iba haciendo mayor y me daba cuenta de todo lo que me rodeaba más asco que le iba cogiendo a este día. Había mejorado hacia cinco años con el nacimiento de Ali, esa niña era capaz de sacarme una sonrisa en el peor momento, pero hoy teniéndola no solo a ella, sino también a Jamie me sentía mucho más relajado que otras veces. ¡Joder, si ni siquiera estaba buscando a mi padre para contestar a alguno de sus comentarios amargados y provocar una bronca! Además solo ver que Jamie estaba feliz una sonrisa aparecía en mi cara, solo con recordar lo pletórica que había estado al abrir sus regalos, ni le importó que mi familia estuviera delante para tirarse encima de mí y besarme, me entraban ganas de cogerla y encerrarnos los dos en mi habitación durante horas. Y aunque había tenido un pequeño bajón al llamar a Max, como le había prometido, al oír lo que su hermano le decía se calmó, el niño estaba feliz con sus nuevos juegos de la consola. Y aunque ambos se dijeron que se echaban de menos, pero Jamie se alegró al saber que la Navidad se había celebrado en su casa con normalidad. Su madre y hermana intentaron hablar con ella, pero Jamie prefirió solo mandarles saludos a través de Max. Al colgar se quedó un poco triste pero tener a Ali como un pequeño torbellino corriendo por todas partes, y a mi prima que podía llegar a ser peor que mi hermana pequeña la distrajó rápidamente volviendo a ser mi Jamie de siempre. Amable, cariñosa, fácil de cabrear y con una sonrisa permanente en su cara, menos cuando me burlaba de ella que se le borraba durante unos pocos segundos para después aparecer con más claridad al disculparme mientras me la comía a besos.
– ¡Pero que ven mis ojos! – oí mientras bajaba las escaleras que daban salón para salir al jardín donde había dejado a Jamie jugando con Ali y Kat – El chico rebelde vuelve a casa por Navidad.
–Que graciosa eres siempre Niki – dije irónico a mi cuñada antes de acercarme a saludar – Me gustará ver si sigues tan bromista cuando tus padres y suegro saquen otra vez el tema boda – bromeé tirando una pullita que otras veces haría que me insultara pero esta vez se quedó un poco blanca.
–No seas tonto, Jay – palmeó mi hombro Harry quitando tensión a ese momento que no todavía no acababa de entender antes de abrazarme – Feliz Navidad, hermano.
–Feliz Navidad, Harry. Te ves bien – comenté al separarnos – Nicole ha tenido buen gusto para elegir tu ropa hoy – me burlé riendo aunque me gané un pequeño golpe en la cabeza de su parte – No te enfades, Niki. Feliz navidad – deseé besando su mejilla.
–Feliz Navidad, imbécil – respondió riendo ya en su tono habitual – ¿Por qué se te ve tan feliz, Jay? Normalmente no es que te guste mucho estar aquí...
–No quiero ni un puto comentario fuera de lugar o broma – dije serio – Jamie está aquí – anuncié tras unos segundos en silencio en los que Harry y Nicole me miraban interrogantes.
– ¡Oh, el pequeño de la casa está enamorado! – soltó Nicole entre risas apretándome las mejillas haciendo que la fulminara con la mirada – Me alegro que esté aquí, me muero por conocerla.
–Joder, no hagas que me arrepienta de haberla traído, Niki. No la asustes con tus comentarios – aunque vale, me lo merecía yo siempre estaba burlándome de ellos y sobre todo intentando sacar de quicio a Nicole. Pero Jamie no la conocía, mi cuñada tenía un humor bastante extraño.
–Espera, Jay – llamó mi atención Harry antes de que su novia siguiera hablando – ¿No lo habiaís dejado? – preguntó confundido.
–Mierda, si – resoplé – Pero lo hemos arreglado, así que no lo estropeéis vosotros – avisé sonriendo irónicamente.
ESTÁS LEYENDO
Odio Amarte#1 Trilogía EDL
Teen FictionJamie por fin ha conseguido cumplir su sueño de ir a la Universidad. Los problemas familiares que ha tenido durante este último año, y su orgullo por mantenerse sola y no pedirles nada a sus padres, le traerán más de un dolor de cabeza. Aunque ningu...