Capítulo 57 Jayson

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–Estoy agotada, Jay – se quejó Jamie haciendo un puchero con los labios, apoyando su cuerpo contra el mío mientras esperábamos a que nuestras maletas aparecieran por la cinta eléctrica – Me gustaría estar en París solo porque ahora allí sería de noche –murmuró – Me va a costar acostumbrarme de nuevo al cambio de horario.

Habíamos salido de París a mediodía y acabábamos de llegar a Boston prácticamente a la misma hora. El cambio de horario y las muchas horas de vuelo nos tenían reventados, y todavía nos quedaba casi un día entero. No habíamos dormido más que unos diez o quince minutos en el avión ya que habíamos comido durante el viaje y habíamos visto un par de películas.

–Enana, eras tú la que tenía prisa por volver – respondí besando su cabeza – Deberías aprender a hacerme caso y ahora estaríamos disfrutando de la magnífica cama del hotel.

–Por ti viviríamos permanentemente de vacaciones – rio – Pero por vigésima vez te repetiré que debemos estudiar para los exámenes y poco a poco volver a la normalidad.... Han sido muchos cambios en muy poco tiempo – suspiró.

–A veces los cambios son necesarios, Jamie, por mucho que nos jodan – dije rodeándola con mis brazos. Los problemas familiares todavía le perseguían – Pero estoy seguro de que con el tiempo te darás cuenta de que todo ha sido para mejor – comenté bajando mi cabeza para oler su pelo mientras ella rodeaba mis brazos.

–Confío en que tengas razón, amor – dijo en voz baja y no pudo seguir hablando porque la alarma que avisaba de la salida del equipaje comenzó a sonar y rápidamente nos separamos para coger nuestras maletas.

Jamie había tenido la idea de pegarles varias pegatinas por lo que en cuanto salieron por la cinta automática las reconocimos. Yo no estaba muy acostumbrado a volar en aviones comerciales, solía hacerlo en el avión privado de la familia por lo que el problema de la maletas era algo nuevo para mí.

–Jay, eres consciente de que sigo teniendo dos mansos. No se me han perdido en París – oí refunfuñar a Jamie a mi espalda en cuanto me adelanté para bajar su maleta de la cinta dejándola en el suelo. La mía ya la había cogido hacia un par de minutos – Puedo coger mi propia maleta.

–Soy consciente de que tienes dos manos que hacen maravillas, enana – me burlé girándome para ver como justo blanqueaba los ojos – Pero tu maleta pesa como treinta kilos y lo que menos quiero es tener que llevarte al hospital porque se te salga un brazo al levantarla.

–Eres un exagerado, puedo perfectamente con mi maleta – dijo con mala cara antes de agarrar el asa y empezar a arrastrar su equipaje por el aeropuerto hacia la salida.

–Ya veo que sí, Jamie, por eso andas como una tortuga – me reí llegando hasta su lado, veindo como casi no podía ni tirar de ella – Deberías aprender a agradecer la ayuda, enana.

–No me molesta agradecer tu ayuda ni la de nadie, Jay – habló mirándome – Me incómoda que me sobreprotejas o me trates como una niña.

–Venga, enana, no empieces otra vez con eso. Estamos cansados, vamos a acabar discutiendo y no me apetece una mierda.

–Jayson, no es mi intención discutir. Sé que no lo haces en mal plan pero no puedes intentar controlar todo lo que hago yo....

–No me jodas, Jamie – exclamé en cuanto se quedó callada – No sé porque cojones dices que intento controlarte, creo que el sueño te está afectando – me giré para mirarla ya que me parecía raro que no dijera nada – Jamie – llamé su atención sin ningún resultado. Miraba al frente con los ojos un tanto aguados y el color se había ido de su cara. Bajé mi vista a su mano y vi que temblaba levemente sobre el agarre de la maleta – Enana, di algo joder ¿qué pasa? – pregunté poniendo una mano en su cara girarándola con delicadeza en mi dirección para que por fin reaccionara.

Odio Amarte#1 Trilogía EDLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora