2 de Febrero del 2017
—¿Suarez? —preguntó asomándose Celia, la asistente del Director.
La profesora de Matemática paró de escribir en la pizarra y se volteó hacia Sophia, quién miraba a la puerta.
—¿Está muy interesada en dejar el salón, señorita Suarez? —la profesora le preguntó frunciendo el ceño a Sophia.
—No, no es eso profesora —respondió con un poco de miedo.
—Solo es un rato, han venido a dejarle algo y puede regresar —dijo Celia sonriéndole cómplice a Sophia.
A pesar de que la profesora no era una fan de la muchacha, le hizo señas de que se vaya.
Sophia se levantó de su lugar mirando algo confundida a Keyla, su compañera de asiento.
Al cerrar la puerta y dejar del otro a la profesora que más la odiaba y sus compañeros, miró a Celia rápidamente.
—¿Quién vino? —preguntó caminando a la par de la mujer hacia la oficina.
—Ya verás... —Celia sonó emocionada.
—Si es mi mamá con mis hermanos, paso de verlos, porque la última vez que vinieron los niños comenzaron a gr... —se quedó muda en cuanto Celia le abrió la puerta en la que vio a Ethan, luego de tanto tiempo.
Sophia fue aproximándose de a poco hasta Ethan, quien la miraba sonriendo. Tenía en su mano una rosa blanca.
—¿No me has extrañado o no te gustó mi sorpresa? —bromeó el gemelo, sonriendo un poco.
Los ojos de Sophia se llenaron de lágrimas y fue corriendo a abrazarlo. Se sostuvo de él con fuerza porque sentía que en cualquier momento caería.
Ethan cerró los ojos y soltó todo el aire que tenía contenido. Sus manos recorrieron toda la espalda de Sophia y por fin se sintió aliviado de que todo era real y estaba otra vez con ella.
—No puedo creer que enserio estás aquí —dijo ella luego de un largo tiempo, pero de todos modos seguían abrazados.—Te juro que soñé con esto muchas noches, cuando volvías y nos quedabamos abrazados por horas sin que nos importe nada, en medio del aeropuerto... —se alejó para mirarlo y le acarició el rostro.—Estás hermoso. Eres hermoso. Estás dejándote crecer la barba —se rió cómo tonta enamorada.
Y se sentía así; como la muchacha más enamorada del universo.
—Tú estás hermosa. Te queda hermoso el cabello así —le dijo acariciandola y contemplando el peinado que tenía.
Los ojos de Ethan tenían otra vez esa luz que solo aparecía cuando estaba Sophia cerca.
—¿Por qué no me avisaste que llegarías hoy...? Me hubiera encantado ir a buscarte —le dijo acomodando el cabello de su novio.
—No sabíamos que volvíamos. En la madrugada nos despertaron y nos dijeron que cambiaron los pasajes para antes de lo previsto, asique tuvimos que empacar de inmediato —se ríe Ethan.—Por eso me olvidé la mitad de mis cosas allá, mas o menos —Sophia volteó y vio que Celia se había ido.
—¿Te hacía falta tu novia? —bromeó volviendo la vista a él.
—La verdad es que si —asintió con una sonrisa más triste.—No sabes todas las noches que no dormí porque no estabas a mi lado —apoyó su frente con la de ella y suspiró.—Haz que prometa jamás volver a irme tanto tiempo lejos de ti. Y traerte pollo frito de todos los paises a los que fui porque, eso si es pollo frito y encantado te traería todo el que encuentre en el mundo —puso la rosa entre ambos, extendiéndosela a su novia.
Sophia soltó una risa, feliz de oír esas cosas que solamente Ethan le dice y de aquel pequeño detalle que para ella significaba un mundo.
Lo atrajo a su cuerpo desde la nuca y plantó sus labios contra los de él. Ethan la tomó de la cintura con fuerza, aumentando más la cercanía.
Se separaron por una milésima de segundos donde notaron que ambos estaban sonriendo y volvieron a besarse, ahora ambas lenguas danzando juntas.
Sophia sintió que su respiración se agitaba y luego sintió una angustia enorme en el pecho que no paraba de sentir cuando Ethan no estaba.
Cuando se separaron soltó unas lágrimas.
—Tu ausencia era menos dura porque cuando yo lloraba tu no me veías —limpió las lágrimas de sus ojos riéndose.—Te amo, enserio te extrañé —Ethan le limpió una lágrima que casi caía de su rostro hacia su cuello y la acarició.
—No llores porque voy a comenzar a llorar yo, ¿okay? —la abrazó y relamió sus labios haciendo fuerza para no llorar.—Te amo Soph. Ya estoy aquí y prometo no irme en un largo tiempo, enserio. Y si me voy te llevo conmigo porque con este tour me di cuenta que no puedo vivir sin tí. No sé cuando, pero cuando estamos separados mucho tiempo empiezo a sentir que me falta el aire y, en estos meses no pude respirar ni un sólo día... —negó.
—No me enfada el que te hayas ido, porque me encanta verte hacer a gente feliz siendo tú feliz; me enfada el hecho de que tenga que ser tan lejos y tanto tiempo. No sé cómo voy a soportar los próximos —dejo sus manos apoyadas detrás de la nuca de un Ethan sonriente.
—Falta mucho para el próximo, suficiente por ahora. Creo que fueron más las horas en las que te extrañé que las que dormía tranquilo.
Sophia le volvió a dejar pequeños besos sobre los labios de Ethan, contando cada uno, tratando de no olvidarlos.
—Seis... siete... och- —se detuvo y frunció el ceño pensando.—¡OCHO, ETHAN!
El muchacho realmente se sobre exaltó, pues estaba con los ojos cerrados disfrutando de los besos de su novia.
—¿Qué?
—¡MATEMÁTICA! ¡VOY A MORIR! —exclamó dando un salto sobre su lugar.—¡ESTABA EN MATEMÁTICA ANTES DE VENIR! —le dio un rápido beso a Ethan y lo miró mientras se iba.—Espérame afuera, termina esta clase y nos vamos a casa —le dijo dirigiéndose a la puerta con rapidez.—¡Te amo!
Ni siquiera cerró la puerta del apuro, y Ethan la miró mientras se iba corriendo al salón de clase, sonriendo por lo olvidadiza que era su novia.