12 de Abril del 2019
Ethan había estado muy suceptible el último tiempo. Sophia no entendía al completo, pero suponía que era estrés del trabajo. En el último tiempo había notado lo difícil que era para él tener que dividir su tiempo entre tantas actividades y oportunidades que le estaba dando Youtube. Además que estaba pasando por una gripe bastante durarera.
No sabía quién había contagiado a quién, pero ahora Grayson también estaba enfermo.
Sophia acababa de salir de la universidad, estaba entrando a casa de los Dolan, mientras tiraba el juego de llaves de la casa.
—¡Chicos, ya llegue! —gritó, dejando su bolso colgado.
Se quitó su chaqueta de jean, dejándola junto a su bolso.
Caminó en dirección al cuarto de Grayson, dónde supuestamente Ethan y el dueño de éste esperarían su llegada. Al asomarse se sorprendió, pues solamente estaba Grayson.
—Hey, ¿cómo estás? —se acercó a su mejor amigo a tocarle la frente, comprobando que tenía un poco de fiebre.—Creía que iban a estar esperándome aquí.
—Me duele todo el cuerpo —frunció la nariz sobándose los mocos.—Y sobre lo de estar juntos en un cuarto... —vio como Sophia preparaba el termómetro para tomarle la fiebre.—No funcionó.
La muchacha le levantó el brazo y le puso el termómetro, sentándose en el borde de la cama para esperar.
—¿A qué te refieres con que no funcionó? —le frunció el ceño.
—Que ya nos peleamos, a eso. No fue buena idea después de todo, es decir, en algún momento ibamos a terminar discutiendo —se encogió de hombros, mientras ella se aproximaba a tomar el termómetro que ya había sonado.
El aparato marcaba 38º. No era tan alta, pero era fiebre.
—¿Pero por qué? —dijo curiosa.
—Porque está más idiota de lo normal. Ya sabes, tu perfectamente lo tratas cuando está insoportable —Grayson volvió a recostar su cabeza en la almohada y cerró los ojos.
—Voy a hablar con él... Iré a su cuarto y luego prepararé las sopas —le dijo buscando el medicamento del escritorio.
—Soph, no es necesario, yo puedo levantarme a hacerla —dijo incorporarse apenas.
—No me molesta Gray, lo sabes. Tú solo descansa.
Salió de la habitación y fue rumbo a la otra por el pasillo. Golpeó con los nudillos y Ethan enseguida supo que era ella.
—No debes golpear, lo sabes, ¿no? —la miró riendo, mientras ella entraba.
Hablaba con una voz nasal a causa de la congestión.
—Tal vez invadía tu privacidad y entraba mientras estabas desnudo —le siguió el juego.
—Eso para mi no es problema, no es como si no me hubieras visto así—la molestó, sabiendo que eso la haría sonrojarse.
Ella aguantó una sonrisa y negó con la cabeza.
—Creí que estarías en el cuarto con Gray, por eso fui allí primero —lo miró fingiendo confusión.
Preparó el termómetro, pero primero, antes de ponerselo entre el brazo, colocó sus labios sobre la frente de Ethan para comprobar si estaba caliente, lo cual era correcto.
Luego lo obligó a levantar el brazo mientras protestaba.
—Demasiado tiempo juntos, ya fue suficiente por un día —fingió él.