23 de Diciembre del 2017
—¿Y, qué tal hoy? —Ethan preguntó, soltando todo el aire en sus pulmones.
A pesar de verla a través de la pantalla, seguía sintiendo esas infinitas ganas de que todo vuelva a comenzar, solo para evitar los errores que cometió.
Sophia le sonrió de lado, apoyada en uno de sus codos sobre la cama del hotel.
—Bien, fuimos a la famosa Universidad de Nueva York, es muy linda. Vi un poco de una clase de la carrera y pude leer el programa de estudios con tranquilidad... pero no lo sé, no me convence tanto —arrugó su nariz, sin mirarlo por mucho tiempo.—Mamá cree que es buena.
—Importa más lo que tú creas, Soph —le dijo, encogiéndose de hombros.
—Ya lo sé, obviamente si, pero no puedo hacer esta elección sola, es difícil. No creí que fuera tan complicado.
—Tal vez no es la ciudad indicada —finalmente, notó cómo Sophia realmente lo miraba, alzando una ceja.—Tenemos que hablar...
—Ethan, ya te lo dije, es mejor hablar cuando yo vuelva, ahora... —negó con la cabeza.
—Ahora es el momento. Cuando vuelvas va a ser todo más difícil, tú vas a regresar a la escuela, vas a estar ocupada, y... no puedo seguir guardándome todo esto —llevó una de sus manos a su pecho.
—Es que no lo entiendes —su voz se entrecortó.
—¡¿Entender qué?! —preguntó exaltado.
—¡Que no lo entiendes! ¡No entiendes que no es fácil! —alzó la voz y miró a Ethan por la pantalla, suspirando.— Estoy rearmando todo, tengo que poner mi vida en su lugar, otra vez. Y creí que estarías ahí, creí que serías un hombro para llorar en ese momento, cuando todo se estaba viniendo abajo. Estoy tratando de arreglar todo... —sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras su tono de voz iba bajando, con impotencia.—Pregúntame cómo me sentía hace unos meses. Diariamente preguntándome como una tonta "¿Por qué tengo que sentir esto? ¿El vacío será permanente?", que ya lo único que podía sentir era el dolor, miedo, decepción... ¿Acaso tengo que estar así toda mi vida? ¿Tengo que sentirme incompleta solo porque no estás tú? —sollozó.—No me puedo permitir eso, no puedo dejarme depender tanto de tu amor.
—Yo si lo hago, yo si dependo de ti —asintió, apretando su mandíbula.—Y puede ser lamentable, puede que no. Pero es así, no hay otra forma —alzó las cejas.—Te amo, Sophia. Y no me importa cuántos océanos tendría que remar para llegar a tí o la cantidad de vidas que me tome poder vivir en una en la que estemos juntos sin problemas. Yo decidí elegirte. Desde que te conocí, desde que somos novios, ayer, hoy, mañana y todos los días siguientes. Porque así es el amor, te acostumbras a él. A veces sale bien y a veces sale mal. Y yo lo hice mal, pero quiero hacer las cosas bien contigo —parecía resignado, con su voz temblorosa por los nervios.—Todos los días me odio por haberme equivocado. Me pregunto por qué tuve que tomar la decisión equivocada, por qué no hablé, por qué decidí alejarme. No eres la única que se atormenta con preguntas, y no te puedes dar la respuesta tú misma. Por lo menos, no ahora...
—Yo te amo con toda mi alma, —limpió sus mejillas, y lo miró, casi sintiéndolo frente a ella en persona.— pero no puedo olvidarme de todo. No puedo olvidar cómo me hiciste sufrir, lo que lloré por ti —mordió sus labios, comenzando a soltar lágrimas otra vez.
—No estoy pidiéndote que lo olvides. Es parte de nuestra historia, las cosas se dieron así. Solo te pido que me dejes arreglarlo. Porque sabes cómo soy, sabes lo que me causas —se acercó un poco más a la pantalla.—y sabes que prefiero intentar sanarnos juntos a que sigamos sufriendo separados.
Silencio. Había silencio en ambos lugares. La habitación del hotel de Sophia y el cuarto de Ethan. No se escuchaba ni un solo sonido. Solo se miraban. Pero hasta eso era un poco doloroso.
—Tengo que irme, Ethan... —dijo, incorporándose un poco.
No aguantaba más tanto contacto visual, se sentía muy pequeña.
—¿Hablaremos mañana? —se notaba un poco decepcionado.
Le dolía que Sophia lo evadiera, que no quisiera decirle todo lo que siente. Solo se escapaba y usaba excusas.
Pero era difícil para ella. No era la misma de antes. Y sin dudas no quería los mismos errores.
—No- no lo sé —tartamudeó, refregando sus ojos.—Mañana voy a estar un poco ocupada... Te avisaré —Ethan sabía que él tendría que mandarle mensaje, porque Sophia no lo haría.
—Sophia —la llamó, antes de que ella cortara la videollamada.
—¿Si? —alzó la cabeza.
Ethan suspiró, mirándola.
—Por favor, vuelve a LA. Te necesitamos, yo... yo te necesito.
La muchacha tragó en seco. Quería evitar el sentimiento del nudo en la garganta. Pero ahí estaba.
—Hablamos después, Ethan. Que descanses.
Y la pantalla en la que se veía Sophia se congeló. Ethan soltó su teléfono y se puso una almohada en la cara.
—Va a estar todo bien, Eth —Grayson entró en su cuarto y lo miró desde los pies de la cama.—La conozco, se esfuerza. Pero no la presiones mucho.
—Es que no lo entiendo, ella me besó. Luego se fue. Creí que cambiaría algo, no lo sé —quito la almohada y miró al techo.—¿Y si no quiere volver conmigo?
—Sophia jamás jugaría con tus sentimientos, ella te ama. Y te extraña. Sólo necesita tiempo, no volverá a ser lo de antes de un día al otro. Requiere un proceso. Debes ser paciente y demostrarle que estás dispuesto a esperarla.
Le dio un pequeño golpe en los pies y se dio media vuelta para regresar a su cuarto.