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16 de Septiembre del 2018

Tres golpecitos resonaron en la madera, antes de que la puerta se abriera, lentamente.

—Entiendo que hayas querido evitarme hoy, ¿pero era necesario mentirme? —fue lo primero que dijo Ethan en tono de broma, mientras se aproximaba a la cama de Sophia.

La muchacha levantó la vista de la televisión (que en realidad solo fingía ver) y encontró a Ethan mirándola con reproche.

—No te mentí, realmente me duele la cabeza —le dijo, mientras su novio se acomodaba en un espacio a su lado.

Se acomodó mejor, para que él quedara a gusto.

—Puede ser que te duela algo, pero no creo que sea la cabeza —le dijo, arrugando la nariz.-—Quiero que hables conmigo, Soph...

Giró, y ambos quedaron mirándose cara a cara, apoyados sobre su costado.

—¿Hablar o pelear?

—Claro que no vine a pelear, bab. Vine a acompañarte, quise estar contigo porque supuse que estabas triste.

—Bueno, también puedo estar triste a solas. Digo, ya lo he estado antes —se encogió de hombros.

—Esto no es como antes; me hubiera gustado haber estado ahí hace un año, haber podido contener algo de ese caos... Lo qué pasó entre nosotros sumado a eso, debió haber sido algo difícil —en realidad Ethan no sabía muy bien qué decir.

Nunca había sido muy bueno hablando cuando estaba nervioso.

—Eth, cariño, no soy de cristal. No tengo miedo a romperme, y menos de sufrir. Y si, si así lo quieres, lo admitiré. Es por eso que estoy aquí, fingiendo ver la tele cuando en realidad lo único que puedo hacer es ver a la pared. Pero está bien, no espero sentirme mejor, al menos no hoy. Así que puedo sufrir sola.

—O puedes dejar de hacerte la fuerte, como haces siempre que estás triste en secreto —su mano le acarició la mejilla a su novia.

—Yo si soy fuerte —se quejó un poco, frunciendo el ceño.

—Vine porque sé que cuando estás sola te pones a pensar y terminas enojándote, por cualquier cosa que pase por tu mente. Así que estoy aquí para lo que quieras; puedes llorar, o gritar. Podemos hablar de lo que tu quieras, pero ya no me apartes —pidió, mientras ella lo miraba a los ojos.

Estaban llenos de lágrimas, pero estaba haciendo un constante esfuerzo para retenerlas y ya no aguantaba. Ethan lo notó, y la atrajo hacia su pecho, para abrazarla.

Se acomodaron, quedando más cerca y entrelazados.

—Tengo miedo —habló Sophia, acabando con el silencio.—Me cuesta un poco hablar de esto, y tal vez es por eso que la doctora se dio por vencida. Pero creo que, es parte de sanar. Siempre me pregunto qué tan fácil o difícil será para los otros. Si habrán tenido a alguien que esté ahí todo el tiempo, por si en algún momento algo se rompía.

—¿No hablaste nada de nada con Gray? —dijo, un poco sorprendido.

Sophia tragó en seco, y relamiendo sus labios, negó.

—Nunca quise hacerlo. Todo estaba recayendo en él, se sentía un poco culpable creo. No podía acompañarme siempre, o al menos no cómo hubiera querido hacerlo. Y como me costaba mucho mejorar o sentirme más... ¿yo? —se encogió de hombros.—No quería agregarle otra preocupación. Sé que siempre se esforzó, y es verdad que me hizo sentir menos sola, pero nunca quitó el hecho de que nadie notaba que yo fingía para complacer a mis padres —suspiró, y miró unos segundos a la parte de la colcha que cubría a Ethan.

—Yo creo que tú te diste por vencida, te resignaste a sentirte así —le dijo, tomándola de la mano y llevándola a sus labios para besar sus dedos.—Y no creíste en que, con la ayuda que te estaban dando, podrías volver a ser lo que eras. Pero jamás estuviste rota, debes entender eso de una vez por todas.

—No sé si quería o quiero volver a ser cómo antes. Ahora soy consciente de muchas cosas que ignoraba, solo porque me sería más fácil ignorar esos problemas que afrontarlos. Admito que en un momento quise irme sólo para poder evitarte y no tener que darle un cierre a lo nuestro, o volver a sufrir —le sonrió de lado, con ternura.

—Yo nunca quise lastimarte, Sophia —le quitó unos pelos de la cara y le acarició la cara.—Y me quiero morir cuando pienso en que lo que hice te causó tanto sufrimiento. Jamás hubiera querido que sientas ese dolor, mi objetivo era llevarme todo yo y tratar de que... no sé, que me odies, tal vez. Sinceramente ya no recuerdo qué me pasaba por la mente cuando te dije todo aquello.

—No debes volver a explicarlo, entiendo lo que hiciste, pero no lo apoyo —le dio una sonrisita, intentando hacerlo sentir menos culpable.—Pero espero que ahora no sea así, que podamos resolver los problemas juntos y que no se repita nada de lo qué pasó —tomó aire por el medio de sus labios.—Y menos por algo tan inmaduro.

Ethan asintió.

—Lamento no haber estado para tí hace un año. Fui un idiota.

—Ya has pedido perdón muchas veces, ya deja de atormentarte tanto, por favor...

—Es que no importa cuántas veces me disculpe, jamás será suficiente. Enserio, no haberte acompañado en ese momento es de lo que más me arrepiento, y tendré que vivir con eso, pero no quiero que creas que no me importa. Lo pienso siempre, y cada noche llego a la misma conclusión. Tengo toda la culpa, y entiendo si sigues con resentimiento. Entenderé si hay momentos en los que me odies por eso, porque es lo peor que pude hacer. Lo lamento.

—Ya basta, ¿está bien? —Sophia se secó las lágrimas, que cayeron cuando él hablaba.—Si tanto lo lamentas, quiero que me hagas una promesa —Ethan la miró atento, dispuesto a cualquier cosa.—Quiero que dejes de echarte la culpa. Sabemos que tu decisión no fue la más sabia, pero eres humano. Todos cometemos errores, grandes o pequeños. Y aprendemos de ellos. Asi que deja de lamentarte, porque no lograrás ver las otras hermosas cosas que has hecho por mi por el simple hecho de no perdonarte a tí mismo. Ese es el único "perdón" que te falta, porque yo te he perdonado hace mucho tiempo —se acercó a su rostro y le besó la mejilla.

Ethan la abrazó con fuerza. Necesitaba oír eso. Y Sophia siempre tenía las palabras justas para decir.

Sophia | Ethan DolanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora