02 de Febrero del 2020
—Y el último —dijo Grayson terminando de sacar las decoraciones de las paredes de su mejor amiga.
Ella sonrió con un poco de tristeza.
—Me ha costado imaginarme haciendo esto, ¿sabes? —se lo recibió, para así él pudiera bajar de la silla.—Es decir, cuando decoré la habitación no pensaba en el momento que fuera a quitar todo. Y cuando, luego de un tiempo, lo consideré... parecía muy lejano. Como si fuera otra persona. Tal vez así es. Es decir, he cambiado, pero nunca quise convertirme en alguien que huye.
—No estas huyendo, Soph... —al bajarse de la silla, le tocó el hombro con cariño.—Estás siguiendo adelante, empezando algo nuevo en tu vida. No tienes que considerarlo algo malo, porque ambos sabemos que no lo veías así al principio. Estabas muy emocionada.
—Me hubiera gustado estar con Ethan —confesó, con la voz entrecortada y sus ojos llorosos.—Siento que no pude ayudarlo en nada —tragó con fuerza.
Había estado llorando bastante. No entendía cómo era tan difícil arreglar lo que pasó con su novio. Al parecer, ninguno de los dos estaba realmente preparado para hablar, y solo continuaban lastimándose el uno al otro.
—Él no quiso que nadie lo ayude, no puedes culparte por eso... —Grayson frunció el ceño.
A Sophia le dolió su pensamiento, y no pudo evitar que lágrimas cayeran cuando se lo dijo a su mejor amigo.
—¿Y si Ethan y yo no somos buenos para el otro? —mordió su labio para no sollozar.—¿Y si todo lo que lograremos de ahora en más es herirnos y ser crueles? Ninguno lo merece, y tal vez separados... —no pudo continuar, encogiéndose de hombros.
Grayson la refugió en sus brazos y la sintió moquear.
—Creo que tiene solución. No creo que ambos hayan peleado tanto desde el principio para darse por vencidos así de fácil. Son fuertes, y siempre habrá momentos de debilidad. Solo no deben flaquear, eso los destrozará. Yo creo en ustedes —le besó la cabeza y le acarició el cabello.
Sophia lo miró en silencio, dándole la razón. Aún así, seguía pensando en que su dolor continuaba siendo causado por Ethan, y a pesar de amarlo tanto, lo odiaba por hacerla sufrir.
Tres golpecitos en la puerta los hizo deshacer el abrazo. Sophia se aproximó a la puerta y abrió apenas, limpiando sus mejillas.
—Hey —le dio una media sonrisa a su hermano.
—Lamento molestarte... Molestarlos, perdón —Evan sonrió nervioso.—Pero Ethan está aquí. Necesita hablar contigo. Y está un poco —balanceó la cabeza.— alterado.
Sophia se giró a Grayson, confundida.
—¿Le dijiste que ibas a venir? —le preguntó a su amigo, quién negó.—Ahora voy, Ev. Gracias por avisarme.
—¿Vas a ir? —preguntó el gemelo.
—Pues no creo tener otra opción, porque dudo que se vaya —suspiró, tocando sus mejillas.
Su rostro estaba caliente, y suspiró para juntar fuerzas.
—¿Deseas que te acompañe?
—Creo que es mejor que vaya sola. Gracias, Gray. Intentaré no tardar mucho.
Grayson le dio una sonrisa alentadora.
—Espero que se solucione todo —fue lo último que le dijo, antes de que Sophia cierre la puerta.
Tragó en seco, nerviosa. Tenía miedo de bajar, porque sinceramente no sabía que podía pasar.
Bajó las escaleras con lentitud, y en el último escalón levantó la mirada. Desde allí vio a Ethan, caminando de una punta de la sala de estar a la otra. Se aclaró la garganta y él giró.