8 de Septiembre del 2015
—No tienes que hacerlo, lo sabes... —dijo, dando vueltas por toda su habitación, con el teléfono en el oído.
Ni siquiera se había terminado de preparar y aún le faltaba bajar a desayunar. Debía hacer todo en menos de 20 minutos. Pero no lograba cortar la llamada con su novio.
—No me molesta en absoluto, te he dicho varias veces. ¿Por qué me lo dicen tanto? Creo que a Gray no le hacías lo mismo —Ethan le respondió, en un tono divertido.
—Es distinto porque Gray no viene hace mucho, y además vas a conocer a mis hermanos y ellos te conocerán y... —él la interrumpió.
—Sophie, ¿estás tratando de decir que te pone nerviosa que conozca a tus hermanos? —en realidad, sabía perfectamente la respuesta.
—N-no, solo digo que... Bueno, un poco, si, pero no es por eso.
—"No", "un poco", "si". Para ser tan decidida, eso sonó un poco confuso —hizo a la muchacha rodear los ojos.—Si tan mal te pone podemos decir que soy Gray, aunque no lo creerán porque obviamente soy mucho más guapo y mejor conductor que él.
—¡Ja! Si, lo de guapo puedo decir que sí, lo de conductor lo dirán ellos. De todos modos no son tontos, algunas veces se dan cuenta cuándo miento —se encogió de hombros.
—Debes de mentir muy seguido —la molestó.—No importa lo que digas, los iré a buscar. Y te lo digo enserio, no te permitiré que me mantengas en las sombras por más tiempo —dijo, con un tono tratando de sonar autoritario, algo gracioso.
—Bueno, ya cállate y déjame terminar de prepararme, no me das tiempo ni para desayunar. Entiendo que te gusto mucho pero este acoso debe parar —Sophia siguió el juego.
—Lamento asfixiarla, novia mía. Seré menos intenso la próxima, es decir en un rato —dijo y soltó una risa.
—Nos vemos —le lanzó un beso y cortó rápidamente.
[•••]
Sophia contaba hasta 10, era la tercera vez que lo hacía. Sus hermanos le estaban taladrando la cabeza, y mientras cerraba la puerta principal de su casa pensaba en las formas de abandonarlos y que parezca un accidente.
—¿Cómo que Grayson no nos llevará? ¡No queremos usar el autobús! —se quejó Evan, esperando con su gemelo.
—Sabes que el autobús es horrendo, ¡sólo nos envías en él porque tus amigas te buscan a ti! ¿qué hay de nosotros? Moriremos... —Nathan se giró a su hermano.—Todo por tener una hermana mayor fracasada que no sabe conducir.
—Podremos morir como héroes, solo que seremos unos héroes asfixiados —se abrazaron y Sophia rodeó los ojos.
—Si se callaran por un minuto podría haberles explicado lo que en realidad vamos a hacer, pero están jugando a quién interpreta la escena más dramática —los separó, empujándolos a cada uno por sus cabezas.
El auto de Ethan estacionó en frente de la casa. Tocó dos veces la bocina, y los rostros de los niños se iluminaron.
—¡Un transporte! —salieron corriendo hacia el auto, sin hacer preguntas.
—¡ESPEREN! —Sophia caminó a paso rápido, pero los niños ya estaban en los asientos de atrás del auto.
Suspiró y se subió de copiloto, junto a Ethan.
—Él no es Grayson, pero es su copia —bromeó Evan.
—No seas tonto, obvio es su gemelo. ¿Cómo no te das cuenta? Tú también eres gemelo —Nate codeó a su hermano.
Sophia se miró con Ethan y él aguantó una risa.
—Me llamo Ethan, soy el hermano de Gray, y estás en lo cierto —señaló a Nathan.— porque somos gemelos. ¿Cómo se llaman?
—Soy Nathan, y él...
—Soy Evan. No necesito que me presentes.
Ethan miró a Sophia riéndose. A primera vista, le parecía que era muy divertido estar con los gemelos.
—Okay, tranquilos, cálmense y pónganse el cinto de seguridad.
—Te ves graciosa siendo seria con ellos —le dijo en voz baja.—Hey, ¿qué están comiendo? —preguntó, interesado, viéndolos por el espejo retrovisor.
Atrajo la atención de Sophia.
—Ahm, son frutillas bañadas en chocolate —le mostró Nate.
—¿Quieres una? Son muy buenas —le extendieron la fruta.
Mientras Ethan la saboreaba, Sophia miró a sus hermanos.
—¿De dónde sacaron eso? Mamá dijo que ya no habían —los miró con los ojos entrecerrados.
—Tenemos contactos —exageró Evan.
—Enserio son muy ricas —dijo, aún masticando.—¿Qué tengo que hacer para que me consigan unas, en lo posible para mañana?
—¿¡También nos vas a llevar mañana!? —preguntó uno de los niños, con alegría.
—Claro, si ustedes quieren —se enderezó en el asiento y retomó el camino hacia la escuela de los niños.
Le guiñó el ojo a su novia, haciéndola morderse el labio inferior, negando con una sonrisa.
Sophia le había pasado la ubicación y la tenía marcada con el GPS de su teléfono.
—Así que, ¿cómo es que nuestra hermana y tú se conocen? —Evan se atrevió a preguntar, luego de un rato.
—Oh, bueno... Nosotros, ya saben, estamos saliendo —Sophia lo miró con los ojos muy grandes.
—¿Qué? Osea, ¿como novio y novia?
—Si, exacto —asintió, dándole una mirada de relajación a Sophia.
Y aunque sea raro, la tranquilizó un poco. Hasta que sus hermanos se colgaron de su asiento.
—¿Eso quiere decir que también te gusta Grayson? —preguntó Evan.
—¿Y si alguna vez te los confundes? ¿Cuenta como que lo engañaste de todos modos?
A pesar de ser preguntas en voz baja, Ethan escuchó todo, sólo aguantaba la risa mientras conducía.
—¡Cállense y siéntense bien! —Sophia se volteó y los miró seria.—Si siguen molestando le voy a decir a papá que los mande otra vez en autobús.
—¿Siquiera mamá y papá saben que ustedes salen? —Evan alzó una ceja.
—Lo que pronto sabrán es cómo se están comportando y cuánto están buscando un castigo —les sacó la lengua.
—No lo harías —Nate la miró, desafiante.
—Obsérvenme —les dijo antes de volver su vista al frente.
Ethan soltó, al fin, esa carcajada contenida. A Sophia se le hizo muy contagiosa.
—Ahora no sé si eres completamente seria o una infantil —bromeó él.
—Si fueras hermano mayor entenderías, y es peor cuando es doble —subió un poco el volumen de la música.—Cameron debe haber sufrido tanto con ustedes —Ethan fingió estar ofendido.
—¡Oye! No es cierto, fuimos los mejores hermanos menores —dijo con arrogancia.—Por eso Cam nos quiere tanto.
Algo en esa mañana alegró a todos en el auto. Sophia estaba aliviada, todo parecía salir bien entre Ethan y sus hermanos. Y Ethan sentía que cada vez Sophia se animaría más, para poder presentarle finalmente a sus padres.