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22 de Marzo del 2019

—Te he extrañado —Lisa le dijo a Sophia, abrazándola nuevamente.

—¡Yo también! Pero bueno, ya sabes, con la universidad no puedo irme por mucho tiempo a ninguna otra parte, que excepción de vacaciones de Navidad.

—Oh Dios, ¡la Universidad! Cuéntamelo todo, ¿te gusta? —se sentó al lado de la muchacha, emocionada.

Sophia estaba a punto de comenzar a hablarle, con mucho entusiasmo, pero Grayson carraspeó y ambas voltearon a la derecha, dónde los tenían a los gemelos mirándolas de brazos cruzados.

—Mamá, has venido a vernos a nosotros —se quejó Gray, frunciendo el ceño.

—Me encanta que se lleven bien y quieran hablar, pero me terminaré poniendo celoso, ¡ni siquiera te entusiasmas con nuestros proyectos, ma! —Ethan se sentó en el otro sofá.

—Sus proyectos son siempre los mismos, chicos. ¿Acaso ustedes no se emocionarían? No fueron a la universidad y Sophia es quién me puede dar la experiencia completa —alzó las cejas.

—¿Qué hay de Cameron? —se rió Ethan.

—Si, ella ya casi termina la universidad, o algo así.

—Cameron a penas habla conmigo, saben cómo es. Además es muy distinto, Sophia está comenzando.

—Si, por segunda vez —resopló Grayson.

—Oye —Sophia frunció el ceño.—No voy a robarles a su mamá, par de lloronas —se burló.—Y de todos modos debo irme, solo quise pasar un rato a saludar —tomó impulso para levantarse.—Prometo venir mañana con más tiempo —le dijo a Lisa, quién se levantó junto a ella.

—¿Mañana también? —Ethan dijo fingiendo desagrado.

Luego se acercó a su novia y la atrapó en un abrazo desde atrás que le impedía mover los brazos. Se aproximó a su rostro y le mordió una mejilla. Sophia soltó una carcajada mientras se removía.

—¡Suéltame, caníbal! —bromeó ella riendo.

Ethan la liberó de su agarre y vio cómo se abrazaba con su mamá.

—Si vienes mañana debes traer comida porque no pensamos seguir alimentándote ni un día más —Grayson le dijo mientras la "empujaba" a la salida.

Ethan permanecía en su lugar.

—Será una bendición para su madre que yo traiga comida y la libere de las asquerosidades que hacen ust– —se interrumpió ahora luciendo molesta.—¿¡PUEDES DEJAR DE EMPUJARME!? Ni siquiera me he despedido de Ethan —le pellizcó la mano a su mejor amigo y corrió a su novio.

Le rodeó el cuello con los brazos y le plantó dos besos en los labios. El primero un poco duradero, y el último fue un pico, rápido.

Luego se regresó a Lisa, le dio una sonrisa y volvió con Grayson, que ya la esperaba con la puerta abierta.

—No puede ser que tardes tanto tiempo en despedirte —la molestó.

—Pues entonces no pierdo más tiempo y me ahorro el despedirme de ti —le dio con el puño en el brazo (lo cual ni siquiera movió un centímetro a su amigo) y salió de la casa.

Grayson esperó a que Sophia subiera a su auto y cerró la puerta.

En cuánto regresó a la sala con su familia vio a su madre apretujándole las mejillas a Ethan, solo para molestarlo.

—¿Y ahora por qué lo torturas? —se rió de la situación.

—Es que Eth-tee-wee-tee mira tan enamorado a Sophie, me da mucha ternura. Es que quién no mira así a esa chica, es adorable —Ethan tenía su rostro sonrojado mientras su mamá continuaba con aquella situación incómoda.

Y era capaz de aguantarse toda la incómodidad, porque era feliz con saber que a su mamá le encantaba su novia y que se llevaban bien.

En cierto punto había tenido miedo de que, luego del rompimiento, su mamá ya no tratara bien a Sophia. A pesar de que él les haya explicado que la decisión la tomó por sí mismo, probablemente su mamá no dudaba de lo que enserio pasó.

Pero ahora estaba aliviado. Sophia era hermosa y Ethan sabía a la perfección que ella no tendría problema en adaptarse a cualquier situación con su madre.

Era una de las cosas que la hacía tan especial; le importaba lo que su familia pensara de ella. Enserio quería caerle bien a su mamá, y casi sin esfuerzo lo logró.

Y ahora, casi sin querer, acabó siendo tan querida cómo si de verdad fuera parte de la familia. Estuvo ahí para los momentos difíciles y para los felices. En los días de tormenta y en los de sol.

Ahora, siempre que lo pensaba, no existía alguien más compatible con su familia que Sophia.

Sophia | Ethan DolanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora