28 de Enero del 2020
Grayson se lanzó en la cama de Ethan, despertándolo de su siesta.
—Gray... —comenzó a girarse, para mirar a su hermano.—¿Qué diablos quieres?
—Estoy aburrido —se limitó a responder.
Ethan lo continuó mirando, analizando si debía golpearlo, insultarlo o solo empujarlo de su cama.
—Más te vale que tengas más motivos que eso para haberme despertado así, asíque te escucho.
—Ah, si. Pues, como estaba aburrido, le marqué a Sophia y me dijo que iba a pasar... a vernos. No a verme, sino vernos. En plural —dijo Grayson, sonriendo.
Ethan se incorporó un poco.
—¿Eso dijo? —alzó una ceja.
Grayson notó una pizca de esperanza en los ojos de su hermano.
Sabía que eran momentos difíciles, él igual estaba sufriendo. Pero al tener distintas maneras de manejar el dolor, Garyson buscaba apoyarse en su circulo de confianza, mientras que Ethan se apartaba y quería estar solo.
No era nada en contra de las personas, Sophia entendía eso. Fue por esa misma razón que le dio espacio a su novio y, aunque le doliera, dejó de visitarlos tan seguido.
Por su parte, Grayson fue quién más la necesitó y la buscó para refugiarse. Él le habló sobre su duelo y ella lo acompañó, mientras que a la vez cuidaba de su novio a la distancia.
Fue tanto el tiempo que Ethan se apartó, que en un punto dejaron de sentirse una pareja, y cada vez se acercaban más a ser desconocidos. Jamás había sido tan incómodo, pero ninguno de los dos sabía cómo resolverlo.
—Así es. Y me parece una buena oportunidad para que hablen —se encogió de hombros.
—Usualmente te lo agradecería, pero no sé si quiero hablar... Además puede ser que se le haya escapado.
—Eth, al menos explícale qué es lo que piensas. Está muy confundida, y creo que tiene miedo de perderte —quiso hacerlo razonar.
Su hermano se mantuvo pensativo. En sus adentros, él sabía que le daba vergüenza que Sophia lo vea así, y más aún si no había sido capaz de explicarle. Por eso no estaba seguro de estar listo para hablar.
—Gray, te agradecería si me dejas solo... De nuevo.
Miró a su hermano pararse, con un poco de decepción. Grayson pensaba que iba a poder hacerlo razonar, pero Ethan continuaba apartándolo.
Salió de la habitación y mientras regresaba a su cuarto, deseaba tener a Sophia para que ella le dijera qué hacer.
Así fue siempre; desde que Ethan se había aislado, su mejor amiga siempre le dio consejos sobre cómo sobrellevarlo, a pesar de estar siendo afectada por el mismo motivo.
Su teléfono sonó, era la muchacha indicándole que ya estaba llegando.
Se dirigió a la cocina, buscó comida en la alacena y comenzó a llevarla a su cuarto, preparando todo para cuando ella se instalara.
Los golpecitos en la madera le indicaron que estaba en la entrada. Fue rápidamente y, para su sorpresa, la encontró sonriente.
—¡Holaaaa! —lo saludó, enérgicamente, mientras bailaba por el frío.
Él trató de contagiarse de esa felicidad.
—Entra, extraña —le hizo una seña con la cabeza y se hizo a un lado para dejarla pasar.
