Especial 1K. La misión.

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"Basado en el segundo ending de la 2ª temp."

Por cierto, este es el traje:

Por cierto, este es el traje:

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Narrador Omnisciente:

Corría por el bosque en su dirección. No estaba solo, lo sabía. Era eso lo que la extrañaba. Junto con el hecho de que volvió tras varios años sin ir. Se aseguró de que solo él le viera. Iba con su caballo blanco.

- ¿Qué ocurre?- preguntó la joven. El príncipe la miró. Aquella ninfa había cambiado mucho. Su cabello era más largo, sus ojos le miraban curioso y su cuerpo... estaba más desarrollado. Él la miró sorprendido.

- Vete...- susurró.

- Majestad, ¿encontró algo?- preguntó un guardia. Era el único que acompañaba al príncipe bicolor. Antes de que pudiera responder, ya se había acercado y la había visto.

- Sí... baja aquí por favor.- pidió el joven, apartando la mirada. Ella obedeció, sorprendida.

- ¿Podría saber qué ocurre Sho...?- no pudo terminar cuando notó que el guardia la cogía de la muñeca y la colocaba unas cadenas, inmovilizando sus manos.- ¿Q-qué?...- preguntó con un hilo de voz, mirando a su amigo.

- Lo siento...- susurró apenado.- Vamos.- ordenó. Él guardia asintió y se dio la vuelta, pero algo en el interior del príncipe cambió. Debía llevarla pero... verla de nuevo era increíble... . No podía hacerlo. Ella era un criatura libre. Era su amiga. Desenvainó la espada y mató al guardia clavándosela en la espalda. Un golpe certero y mortal.

- S-Shoto... ¿se puede saber qué ocurre?- preguntó ella de nuevo.

- El viejo quiere que te lleve al castillo, para encerrarte y poder tener el bosque a su antojo.- respondió sereno su amigo. El hecho de matar a alguien no parecía afectarle.

- ¿Y por qué viniste a hacerlo?- preguntó. Shoto suspiró.

- Porque entonces la furia de él la pagaría con el pueblo y... mi madre. No pensé que fuera a ser tan difícil. Pero no puedo hacerte esto.- respondió, acercándose a ella. Colocó su mano en la mejilla de la joven.

- Es cierto...- susurró ella. Él intentó quitar sus cadenas, pero a parte de que eran muy fuertes, recibió una descarga.

- ¡Ah!- gritó.- ¿Qué? Se supone que no debería pasar...- se detuvo, pensativo. Ella miraba esas cadenas. Había algo en ellas que era nocivo. Pero intuía qué había ocurrido.

- ¿Crees que tu padre es capaz de embrujar las cadenas para obligarme a ir?- preguntó adivinando sus pensamientos. Este asintió.

- Es capaz.- afirmó- No habrá más remedio que llevarte...- susurró triste. Ella asintió.

- Sí, supongo que sí.- aceptó.- Vamos a ello.- dijo. Esto sorprendió a Shoto.

- (T/N)...- la llamó.- Estás preciosa.- dijo. Ella sonrió y apartó la mirada con un leve sonrojo. Shoto la sentó delante sobre su caballo, y él subió detrás, cogiendo las riendas.- Vamos, supongo.- dijo. El camino fue tranquilo, pero largo. Era evidente el silencio que había entre ellos. Habían pasado años desde la última vez que se vieron, y ahora solo se encontraban por una misión. (T/N) se sentía mal. Después de todo, solo había ido para llevársela y alejarla del bosque para que su padre pudiera hacerse con él. No miraba mucho hacia delante, solo las cadenas, al caballo o a su cabello, que lentamente cambiaba. El verde de su mitad cambiaba poco a poco a marrón. Además, la dolían ligeramente las muñecas por culpa de las cadenas malditas. El príncipe por su lado, a parte de guiar, se deleitaba con su olor, aún sabiendo que estaba mal. Pero no podía evitarlo.

Pararon a la noche para descansar y comer. Pero había un pequeño problema. La ninfa observaba a su amigo comer. A decir verdad, sentía algo hacia él. Pero el qué la era desconocido por el momento.

- ¿Por qué no comes nada?- preguntó el bicolor. Ella alzó una ceja y mostró las esposas.

- Pesan bastante a decir verdad.- comentó. Él asintió.

- Se me olvidaba.- murmuró mirando a otro lado. Se acercó con una manzana y partió un trozo, tendiéndoselo. Ella mordió, de manera que sin querer, acarició con sus labios los dedos de su amigo. Ese acto se repitió varias veces antes de terminar. Ambos se acomodaron en el suelo y durmieron. Shoto soñaba con su compañera, ella igual. Pero eran demasiado tímidos como para decir lo que sentían.

Tardaron solo un día más en llegar al castillo. Pero todo iba mal. Durante todo el día, ella se sentía mal, poco a poco empeoraba. Su cabello era cada vez más marrón. Cada vez estaba más débil, cada vez la dolían más las esposas. Shoto bajó de su caballo. Al verla en ese estado, se preocupó. A penas tenía verde en su cabello.

- ¿Qué ocurre?- preguntó Shoto, intentando ayudarla a bajarse. No tuvo más remedio que cogerla en volandas.

- Y-yo... no puedo... más...- susurró con dificultad. El príncipe corrió por el castillo hasta llegar al salón del trono, donde estaba su padre.

- Shoto... ah, ya la trajiste.- dijo él sin darle importancia.

- ¡¿Qué mierda la hiciste?!¡La has alejado del bosque y las cadenas la están daño!¡Líbrala!- gritó frustrado.

- El plan era alejarla y acabar con la molestia que provocaba.- respondió calmado.

- ¡No puedes matarla!- gritó de nuevo.

- ¿Por qué no?- preguntó curioso.

- Porque... ¡Porque la amo!- confesó. Su padre lo miró impresionado.

- No es... verdad...- murmuró. Shoto no lo aguantó más y la besó. Ella no correspondió, parecía inconsciente. Pero aquel beso era delicado y suave, un beso que expresaba completamente lo que sentía el heterocromático. Las piernas le fallaron y se arrodilló en el suelo, sin separarse de ella.

- Por favor... sea lo que sea lo que quieras, lo haré con tal de que viva...- suplicó con varias lágrimas surcando su rostro. Su padre, increíblemente, se compadeció. Shoto llevó de nuevo a su amada al bosque con rapidez, habiendo quitado las esposas. No tardó mucho en recuperarse y dirigirse al castillo. Al entrar, Shoto fue el primero en recibirla. La abrazó con fuerza, lleno de felicidad.

- Creo que debo una disculpa.- comentó el rey. Ella asintió.

- Me basta con que no te acerques a mi bosque.- respondió. Él asintió. Por suerte o por desgracia para Shoto, no parecía que ella recordara el beso. Parecía...

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Hey! ¿Qué cutre especial no?

Bueno... esto es solo la primea parte... ya habrá más.

Además, no me matéis, ha habido beso. Y tampoco nadie me dijo qué quería.

Pero bueno... ¡Soy feliz!

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-Promesa- (Todoroki x Lectora) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora