•Capítulo 85• Hermanos

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Narrador omnisciente:

- Te dejo sola y enseguida encuentras otro pájaro que te enseñe a volar. ¿Dónde quedó la lealtad?- comentó con sarcasmo.

- En la mano con la que me diste la bofetada y en el sótano de ese edificio.- respondió. Estaba a varios metros a su espalda, sin atreverse a acercarse. Se instaló junto a ellos un silencio algo tenso, que era opacado por la tranquilidad de la noche y el mar.

- (T/N).- la llamó.

- Dabi.- respondió.

- Podría contar como traición venir y no avisar.- comentó.

- Lo mismo podría decir yo, salvando al enemigo. ¿Por qué lo hiciste?- preguntó.

- Seguro que vistes lo de hoy... la verdad, es una pena que quedara así, hubiera sido mejor que no apareciera esa coneja, pero no importa.- dijo, ignorando su pregunta. Se giró a verla de reojo, aunque ambos se mantenían impasibles.

- Te pedí que no lastimaras a Hawks. Además, Endeavor ya no es como antes. Quiere remendar sus errores. Existen las segundas oportunidades, si falla la segunda ya sí podrás...

- ¿Segunda?- preguntó alzando una ceja.- Juraría que es la quinta... o sexta, no estoy seguro. Aunque... antes no te importaba lo que pensaba y hacía.- dijo, volviendo su vista al mar.

- ¿Por qué me salvaste?- el otro no respondió, se mantuvo en silencio. Ella no lo veía, pero su rostro estaba muy serio.- Si no vas a responderme a eso...

- ¿Qué harás? ¿Llamar al resto a que me atrapen? ¿Irte? No me importa.- cortó, amenazante, aunque no se movió un centímetro de su sitio.

- No, voy a obligarte.- cortó, antes de lanzarse contra él. El de orbes turquesas se apartó ágilmente de su trayectoria y comenzó la pelea.

La joven trataba de golpearle con todas sus ansias, mientras el otro principalmente esquivaba. Le divertía ver el enojo en su rostro. Hasta que comenzó a darle. No iba en serio de verdad, sus golpes no eran tan fuertes como para hacerle todo el daño que podría. No iba con todas sus fuerzas. El azabache comenzó a atacar, acertado algún que otro golpe, mientras que la otra no desistía y continuaba. Hasta que los movimientos de ambos comenzaron a ser lentos y vagos, estaban cansados. La resistencia nunca fue el punto fuerte de ninguno, tenían su quirk para luchar y protegerse.

Con las respiraciones agitadas, se detuvieron. La chica apretó los puños a cada lado de su cuerpo y no pudo evitar que saladas y rebeldes lágrimas recorrieran cada vez con más fuerza sus mejillas, cayendo al muelle y mojándolo. El mayor se percató y la miró sin comprender. ¿Qué la pasaba? Desde su punto de vista, ella ya le había dejado atrás, ¿tanto la frustraba que él no pudiera?

- ¿Por qué...? Dame una razón... - murmuró.- ¿¡Por qué no puedes decirme porqué me salvaste!? ¿¡Por qué no me dejas dejarlo atrás!? ¡¿Por qué tratas con todas tus fuerzas hacerme caer?! ¡Yo solo quiero salvar a quien me importa! ¡¿Por qué no me dejas ayudarte?!- gritó, llorando. Aquellas palabras resonaron en la mente de Dabi. "¿No... me ha dejado atrás...?" se preguntó, pero su rabia y frustraciones inundaron su boca antes de que llegara a esta la pregunta.

- ¡Porque no es justo! ¡Maldita sea, no es nada justo! ¡No debes ser tú quien arregle mis errores! ¡Soy lo que soy por un motivo, no trates de salvarme de las consecuencias!

- ¡Ese no es el camino! ¡Quiero ayudarte a retroceder antes de que cometas un error! ¡Todavía puedes tener una segunda oportunidad!

- ¡¿Qué no lo entiendes?! ¡Conozco las consecuencias y aún así pienso asumirlas!

-Promesa- (Todoroki x Lectora) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora