Hace tres años...En la ciudad de Deika, hacía no mucho, había comenzado un movimiento inquietante y secreto. Cada vez más gente, aunque por el momento fuera poca, había un número significante de gente dentro de ello.
Una familia aparentemente normal, el marido, su esposa y un hijo: Kohaku Tachibana.
Sin embargo, esa familia formaba parte de ese movimiento. Desde pequeño, criaron con él a su hijo, y en secreto estaban con ese grupo. Como en el 80% de las familias del mundo, a los cuatro años de edad, Kohaku manifestó su quirk.
Fue un proceso complejo el de descubrir cual era, pero tras un tiempo, se entendió por fin: Kohaku era invulnerable.
Su quirk consistía en que, al activarlo, no podía dañarse físicamente con nada. No podía cortarse, quemarse, herirse por los golpes... podría intentar romperse la mano, pero era como una capa de diamante sobre él. Nada podía lastimarlo.
Eso solo aumentó el fanatismo de sus padres, que continuaron inculcando en él los caracteres de la liberación. Incluso le pusieron unos pendientes negro a juego con los suyos, lo que hizo evidente para todos los que sabían de ese grupo, que contaban con ellos.
Sin embargo, la madre de Kohaku tenía una hermana que por problemas personales, tuvo que ir a vivir a su casa. La tía del pequeño de orbes ámbar no forma a parte del grupo, pero no lo decía.
Lo único que hacía, era enseñarle a Kohaku como era el mundo de verdad.
Todo fue bien durante un tiempo, el menor de los Tachibana aprendía la realidad, se cuestionaba las cosas que habían dicho sus padres... pero en silencio.
Exteriormente, eran una familia modelo. Sus padres trabajaban, su tía igual -desde casa, mientras su hermana trabajaba por la mañana hasta media tarde y su marido un par de horas más- y Kohaku era uno de los mejores en la escuela.
Estudiaba, ayudaba en casa y entrenaba su quirk para aguantar más siendo invulnerable. Para sus padres era un ferviente seguidor del movimiento, para su tía su sobrino consentido.
Hasta que lo que tuvo que pasar pasó... y Kohaku deseó que su quirk pudiera extenderse a otros también.
Sus padres descubrieron a su tía como le enseñaba fuera de sus ideologías y se convirtieron en monstruos. Lo que fue una familia ideal se destruyó en una sola noche frente a sus orbes ámbar llenos de lágrimas.
La vida de su tía acabó allí, y la inocencia del pequeño de seis años entonces, también.
Lo que quedaba de su familia se rompió por completo, tratando de meterle en la cabeza una y otra vez lo que rechazaba al ver su verdadero ser. Debería haber sido mayor y haber sabido pensar para entender y elegir qué quería seguir, pero con ese suceso, lo hizo siendo solo un crío.
Claro que eso, tuvo consecuencias en él.
Comenzó a entender y aprender el mundo antes, comenzó a pensar y pensar. No solo maduró más de lo debido, sus conocimientos se extendieron hasta juntarse con niños de ocho y nueve años.
Que le odiaron por eso, más no pudieron hacer otra cosa que herirle emocionalmente. Porque con ello, no funcionaba su quirk.
Meses antes del incidente en Deika, con siete años y cinco meses, prácticamente le vendieron a ese movimiento que crecía y crecía. Continuaron entrenándole, dejó los estudios -aunque no le importó pues así acabó con el sufrimiento escolar- y por suerte, dejó de ver a menudo a su familia.
Mataron a su tía, quien fue todo para él, y eso, aún siendo tan pequeño, no lo perdonaría.
No hizo falta que lo perdonara, de hecho.
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-Promesa- (Todoroki x Lectora) TERMINADA
Fanfic•••Decir que todo es fácil sería mentir. Esperar que nunca cambies ni tú ni tu vida es egoísta. No sé como puedo animarte y sonreír cuando soy la primera que querría desaparecer. No sé porque quiero tenerte para mí. Pero sé que solo puedo amarte y c...