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—He dicho que me tomare un par de días en la empresa...y ya que desayunaste ¿Qué tal si vamos a la cama?, no he dormido ni una mierda así que...— Al decir eso Ravi se acercó a mí y me cargo en brazos llevándome directamente a la habitación, una vez dentro cerró la puerta con su pie y camino a la cama dejándome sobre ella.


—Deja apago la luz— Me dijo ravi mientras corría al interruptor y lo apagaba, este comenzó a quitarse la ropa por completo sorprendiéndome.


—Espera, ¿no íbamos a dormir?— Le pregunte confundida y a la vez un poco nerviosa ya que este caminaba hacia mi mostrándome esa sonrisa que conozco a la perfección, Ravi tenía todo en su mente menos dormir.


—Claro, dormiremos pero después de darte tan duro que no puedas más que dormir— Me dijo Ravi llevando sus manos a mi blusa, este hizo quitármela pero por reflejo retrocedí por lo que Ravi me miro sorprendido.


—...¿Estás seguro?, tengo marcas...que odio— Le explique, me sentía incomoda por mostrarme ante el de esta forma, si se tratara de algo que haya hecho Ravi entonces no me importaría.


Ravi al escucharme dio un paso hacia mi acortando la distancia entre nosotros y volvió a colocar sus manos en mi blusa pero esta vez me la quito lentamente. —Nadie puede impedir que tú y yo follemos, solo tienes que seguir mis pasos como la buena perrita que eres— Me dijo Ravi una vez que me quito mi blusa por lo que asenté con la cabeza.


Una vez que me quito toda la ropa nos subimos a la cama, — Mantén tus ojos en mí, solo mírame— Me ordeno Ravi colocándose en medio de mis piernas rosando sutilmente su miembro en mi intimidad.


Sus manos acariciaban mis pechos con un poco de brusquedad pero me gustaba, su rudeza me resultaba agradable.


Sin tener que decir nada sabía que Ravi quería que me sentara en sus piernas por lo que me coloque sobre ellas asiendo que su miembro entrara de una sola estacada en mi interior. Un gemido ronco salió de los labios de Ravi por lo que sonreí.


—Hoy sí que estas de humor perrita— Me dijo Ravi controlando su respiración asiéndome sonreír, había decidí solo relajarme por hoy.


No deje esperar y decidí comenzar a mover mis caderas rápidamente, rodee los hombres de Ravi con mis brazos asiendo que nuestros cuerpos se pegaran por completo, era muy placentero como nuestros puercos se rozan sin parar. Los gemidos roncos de Ravi cercas de mi oído me hacían erizar la piel pero como era de esperarse Ravi tomo el control de la situación, coloco sus manos en mi trasero controlando las envestidas.


Ravi ladeo su cabeza para querer morder mi cuello pero no lo hizo probablemente por las vendas que lo rodeaban. —...Lo siento— Me disculpe en voz baja asiendo que Ravi moviera ágilmente su cuerpo logrando que yo quedara debajo de este.


Nos mirábamos fijamente con nuestras respiraciones agitadas. —No te disculpes que aún tengo todo tu cuerpo para morder— Me dijo con morbo antes de capturar mis labios en un apasionado beso.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora