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Me regañe mentalmente por mis impuros pensamientos pero al voltear Ken recordé que debía darle una respuesta. —Sí, el fin de semana me parece bien, ¿Pero no tendrás problemas en la escuela?— Le pregunte al ser consiente que después de todo él es un maestro.


—Descuida mi bebe, dejare hecho mis pendientes para poder disfrutar del fin de semana— Me dijo al voltear para dedicarme una sonrisa.


El ver a Ken feliz es como una...nueva droga para mí, me gusta contemplar esa amplia sonrisa en su rostro y esos risueños ojos que buscan a los míos, incluso he dejado de decir malas palabras para no darle una mala imagen de mí,...poco a poco voy deseando ser yo quien provoque esa sonrisa en sus carnosos labios.


—Ha pasada medio año desde que entraste a la universidad...¿Aun no sabes a que club meterte?— Pregunto Ken sin dejar de concentrarse en la preparación de la cena.


—...Quizás el próximo año— Le di una respuesta vaga ya que el unirme a un club es algo que he estado evitando.


—...el siguiente año será mi turno de abrir un club, si hay algo que te guste hacer no dudes en decírmelo, así tendrás más opciones para poder entrar a un club— Dijo Ken sorprendiéndome de lo atento que era por lo que sonreí al ver su espalda al estar cocinando.


—En vez de eso...¿Qué tipo de club te gustaría abrir?— Le pregunte al despertar mi curiosidad a sus planes para un año.


Ken quien parecía tener ya todo dentro del sartén dejo que se terminara de cocinar a fuego lento, dio media vuelta caminando hacía mi dirección para quedar recargado con sus codos sobre la barra de la cocina justo enfrente de mí. —Pensé en algunas opciones, como por ejemplo un club de lectura, un club de tutorías para ayudar a los alumnos con algunas materias y resolver sus dudas o hasta un club de pintura— Me comento con cierto entusiasmo sus planes para el futuro.


Sonreí al ver aquel encantador brillo en sus ojos, el maestro ken cuando habla sobre su trabajo como educador se puede ver su gran amor por ello, nunca vi a un profesor como el en todos mis años al estudiar.


Al estar divagando en mi mente no me percate de la forma en la que comenzó a mirarme ken hasta que sutilmente se fue acercando. Me quede quieta, observando lo que estaba a punto de suceder, Ken mirando mis labios y al estar cercas humedeció con su lengua aquellos carnosos labios que tiene.


Tenía la opción de rechazarlo, no era como si fuera rápidamente hacia mí o que estuviera atada a mi asiento pero...quería sentir sus besos, tenía curiosidad ante lo que pudiera hacerme sentir por lo que no me moví dejando que Ken se acercara a mi hasta que finalmente sus labios tocaron los míos.


Era...nuevo, la sensación que recorría mi cuerpo no era excitación o ganas de llevarme a Ken a la cama si no...con solo seguir besándolo era más que suficiente. Sus labios se movían dulcemente sin querer dominarme, solo disfrutando el tacto de nuestro beso mientras que mi corazón latía descontroladamente.


Ken se separó de mi cortando nuestro beso para apagar la estufa apresurado, solamente así me percate del humo que estaba saliendo del sartén. —Se quemó...— Dijo para sí mismo Ken en voz baja al quitarle la tapa al sartén mirando lo que iba hacer nuestra cena.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora