Cadenas dulces

.24.

—¿Qué haces mi perra?— Me pregunto Ravi con un buen estado de ánimo el cual lamentaba arruinarlo.

—Estoy por irme a bañar, ¿Qué quieres?— Le respondí de mala gana aunque estuviera feliz por escucharlo.

—...nada, solo quería saber qué hacías mi perrita, ¿estas...molesta por algo?— Me dijo Ravi con cuidado para no "hacerme enojar" aunque no lo estuviera, conocía ese tono de hablar de Ravi, siempre lo usa cuando no sabe qué hacer para no arruinar las cosas.

—Si es todo adiós, estoy cansada— Le conteste desinteresada en lo que pudiera decirme y corte la llamada sin darle tiempo de protestar.

Guarde mi celular dentro de la mochila dejándola sobre mi regazo. —...¿puedo hacerte una pregunta mi bebe?— La voz del maestro ken se hizo presente segundos después de terminar la llamada con Ravi.

—Si— Le conteste al voltear a verlo.

—...¿Qué clase de relación tienes con Ravi?... — Me pregunto al voltear a verme con el rabillo del ojo.

Guarde silencio por su pregunta...pero debía ser fría y demostrar que no existe un verdadero lazo que me una a Ravi ya que si ni si quiera puedo convencer al maestro ken de ello mucho menos podre convencer a Ravi de que todo ha terminado entre nosotros.

—...No tengo familia y de alguna forma el sintió lastima de mí, desde hace años el paga por mis estudios y gastos en general a cambio de...— Le conteste pero al decir eso ultimo baje la mirada sin poder terminar la oración.

—...¿y si lo dejas?, no está bien lo que él hace...— Me dijo el maestro ken preocupado.

—No es tan fácil, apenas inicie en la universidad y aunque tengo una beca no alcanza para nada, Ravi es mi única opción— Le dije al suspirar cansada.

Sabia a donde estaba llevando la conversación por lo que seguí adelante, si me mostraba de tal manera ante el buen corazón del maestro Ken entonces me ofrecería una forma de alejarme de Ravi.

—...¿Y si yo me responsabilizo de ti?, ¿dejarías de verlo?— Me pregunto al detener el auto ya que el semáforo se encontraba en rojo.

—Claro pero usted no tiene que hacer algo como eso, ya ha sido demasiado amable— Le conteste apenada.

—Me are cargo de ti y no solo sobre el dinero, me convertiré en alguien en quien puedas confiar...así que dile a el que se ha terminado— Me dijo con seguridad al seguir manejando.

—...Gracias...— Le agradecí en voz baja al estar agradecí y apenada por estarlo arrastrando con mis problemas.

—Hemos llegado al palacio— Dijo el maestro Ken logrando que me percatara que efectivamente habíamos llegado.