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El maestro Taekwoon me miraba sorprendido pero también decepcionado mientras que Hongbin sonreía disimuladamente y como si de una broma se tratara mi celular comenzó a sonar, reconocía ese tono de llamada, sabía que se trataba de Ravi así que me puse de pie al mismo tiempo que contestaba su llamada.


—Ni un puto día me dejas en paz— Le dije tan pronto lleve mi celular al oído al estar ya en la puerta y sin tiempo que perder Salí de esa oficina.


—Apuesto que te sentías ansiosa sin saber de mí, ¿Qué haces maldita perra?— Me dijo del otro lado de la línea mientras que yo sentía mi corazón latiendo rápidamente al mismo tiempo que mi cabeza daba vueltas.


—...Estoy...— No pude terminar mi oración ya que mi respiración comenzó a agitarse sin que mi cabeza dejara de darme vueltas, sabía lo que me estaba sucediendo, estaba en proceso para desmayarme.


—...Vez a un lugar que consideres seguro y sin personas y siéntate en el piso con la espalda recargada en la pared, vamos perrita tu puedes— Me dijo que hacer Ravi al sospechar de mi estado por lo que solo hice lo que me pidió.


Entre al salón de al lado y cerré la puerta, me senté en el piso recargando mi espalda contra la pared pero mis síntomas aumentaban, ahora tenía demasiada sed y estaba perdiendo la sensación de mis manos como el del resto del cuerpo.


—...Me desmayare...— Le dije a Ravi rindiéndome a lo que me sucedería pero por más veces que me he desmayado siempre me aterra.


—No lo aras, solo tienes que hacer lo que te diga, primero abre el cierre interno de tu mochila, en donde están tus libros y comete eso, dime cuando lo encuentres, vamos mi perrita, hazlo— Me dijo Ravi pero no entendía que podría haber en mi mochila ya que nunca uso ese cierre sin embargo aun así tome mi mochila y busque en el cierre que me dijo y una vez que tome lo que se encontraba dentro lo saque, pude ver que se trataba de una barra de chocolate.


—...¿Chocolate?— Le dije al no poder creer que hubiera metido algo así en mi mochila, ¿en qué momento lo guardo que no me di cuenta de ello?.


—Así es, ve abriéndolo y comienza a comerlo mi perra, por cierto, ese chocolate es de los caros así que más te vale comértelo entero— Me dijo por lo que con ayuda de mis dientes abrí el empaque del chocolate, le di una mordida pero aquello fue suficiente para dejarme saborear su delicioso sabor, este chocolate siempre había sido mi favorito.


—Dime algo, no solo mastiques— Me dijo Ravi algo molesto pero aunque no lo admitiera también se encontraba preocupado.


—Sabe delicioso...ya estoy volviendo a sentir mis manos y mi cabeza me está dejando de dar vueltas— Le dije todo lo que estaba sintiendo así que del otro lado de la línea escuche un suspiro por parte suya.


—Y tú solamente querías caer desmayada, maldita perra, si no meto ese dulce a tu mochila te mueres sin mí— Me reclamo una vez que dio por seguro que me sentía mejor.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora