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Tomo asiento en la silla de cuero de su escritorio pero no podía verlo ya que solamente miraba mis propias manos juntas sobre mi regazo mientras mis lágrimas caían. 

Tranquila, prueba el té, ayudara con los nervios— Me dijo en voz baja por lo que solamente le di un trago, no me sentía bien ni si quiera para beber.

Más que los golpes y lo que me ha estado haciendo Hongbin...no se comparaba con el dolor de lo que hice, ¿de verdad había alejado al único que me cuidaba para siempre?. Aun me parecía irreal esta situación.

La noción del tiempo desapareció dentro de la oficina del maestro Ken mientras mis lágrimas solo caían pero pude percatarme que alguien había llamado a la puerta así  que el maestro Ken se puso de pie y fue a ver quién era.   

Después de eso unas manos acariciaron mi cuello con sumo cuidado asiendo que mi cuerpo se estremeciera, sabía quién era con un solo toque suyo pero aun así voltee por inercia encontrándome con la cara de Ravi tan preocupado que no pude decir nada.

Este se arrodillo frente a mí, con mirada titubeante me miraba de arriba abajo con temor y sin decir nada sujeto mi mano entre las suyas asiéndome sentir segura después de tanto tiempo.  

—...Ella había presentado antes marcas sobre su piel pero cuando la intente ayudar se puso a la defensiva— Explico el maestro Taekwoon asiendo que me diera cuenta que el también se encontraba dentro de la oficina.

—...Así que era por esto que me has estado evitando...— Me dijo en voz baja Ravi por lo que fui la única que logro escucharlo.

—...Pero no comprendo que haces aquí Ravi, ¿la conoces?— Pregunto el maestro Taekwoon a Ravi pero este no volteo a verlo.

Soy su tutor, (Tu nombre) debiste decirme...no hubiera dejado que nada te hubiera pasado— Me dijo Ravi acariciando mi mano aunque yo era feliz con solo poder verlo de nuevo.

La vez pasada no quiso mostrar sus heridas por lo que no sabía la gravedad del problema— Explico el maestro Taekwoon.

—...Muéstrame donde ese pedazo de mierda te lastimo, necesito verlo— Me pidió Ravi mirándome fijamente.

—...No quiero que me veas así...— Le pedí en voz baja pero Ravi parecía decidido en querer que le mostrara. 

Tranquila, nadie aparte de nosotros sabrá sobre esto, puedes estar segura— Me dijo el maestro Ken para que me sintiera más cómoda pero aun así una parte de mí no quería mostrar todas esas marcas.

—¿Confías en mi verdad?, así que muéstrame— Me volvió a pedir Ravi forzando una sonrisa para mí.

Me puse de pie lentamente y me quite el cubre bocas pero tan pronto mis dos maestros me vieron al igual que Ravi sus rostro se volvieron pálidos.

Tome una liga del escritorio del maestro Ken y me amarre el cabello dándoles una mejor vista de los golpes de mi cara para después desabotonar mi camisa dejando a la vista las vendas en mi abdomen pero no solo era eso, tenía marcas de golpes  por todo mi cuerpo, al estarme desvistiendo no podía ver directamente el rostro de Ravi, me sentía avergonzada de mi misma y tener que mostrarle una faceta como está a él.

Con cuidado me quite la camisa por completo y mientras hacía eso nadie hablaba. Me quite las vendas de mi abdomen dejando que vieran las cicatrices viejas como las nuevas que Hongbin se había encargado de hacerme cada vez que me violaba y para terminar me baje el pantalón quedando solo en ropa interior.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora