—Así que ibas a buscar donde dormir— Me comento al mecer nuestras manos juguetonamente.
—¿Cómo se dio cuenta?— Le pregunte sin poner resistencia alguna ya sea en seguirlo o en como mecía nuestras manos al ir caminando.
—Las ojeras debajo de tus ojos es una clara señal de tu falta de sueño y teniendo en cuenta que ibas en sentido contrario de la cafetería...para mi es obvio que preferiste dormir que comer lo cual no esta del todo bien, debes de comer todas tus comidas como es debido— Me iba diciendo mientras caminábamos por los pasillos hasta llegar a su oficina, una vez adentro me llevo hasta el sofá para que me sentara, lo mire como sacaba del cajón de su oficina algo y una vez que lo tuvo se incorporó correctamente caminando hacia mí.
—Duerme correctamente, ¿entendido?— Me dijo al acomodar el cojín del sofá para que lo usara como almohada, coloco su mano en mi hombro para que me acostara lo cual hice, el maestro ken extendió la manta color rosa que había sacado del cajón y la puso sobre mi cubriendo mi cuerpo.
Me acobijo como si fuese un bebe he incluso esponjo mi almohada. —Duerme mi bebe~— Me dijo confirmando el hecho que la forma en la que me trataba mi maestro era al de un bebe...lo cual no estaba nada mal.
La manta olía a flores, tal aroma tan agradable me relajo por lo que me quede dormida en solo segundos, ni si quiera me importo el hecho que me encontraba durmiendo en la oficina de un maestro o el pequeño detalle de mis pesadilla, solo dormí profundamente sin pensar.
El sonido de la puerta siendo golpeada constantemente logro despertarme, mis ojos aún estaban un tanto borrosos por haber estado durmiendo pero reconocí al maestro Ken sentado en el pequeño espacio del sofá cercas de mi cadera que estaba desocupado. Me sentía adormilada así que estaba a punto de preguntarle ¿Qué estaba pasando?, cuando llevo su dedo a mis labios indicándome con una amplia sonrisa que guardara silencio.
Los golpes en la puerta después de unos segundos terminaron y fue entonces cuando el maestro Ken hablo. —Lo lamento, quería que durmieras unos minutos más— Me dijo desanimado he incluso mostrándome un tierno puchero por lo que negué rápidamente con la cabeza.
—Lamento las molestias...— Me disculpe al incorporarme en el sofá quedándome sentada y realizando una reverencia hacia mi maestro.
Este me miro sorprendido ya que no suelo mostrar respeto a mis superiores por mi propia voluntad pero yo me quede más sorprendida cuando sus manos tomaron prisioneras mis mejillas pellizcándolas suavemente mientras me miraba enternecido.
Mi corazón...¿acaso está latiendo de prisa?...no...solo me tomo por sorpresa, si, tiene que ser eso.
—Al menos conseguí que durmieras por tres horas, sé que no es mucho pero— Me comentaba el maestro ken liberando mis mejillas pero al escuchar sus palabras me puse de pie cual resorte.
—¿Tres horas?, ¿pero...y las clases?— Le pregunte preocupada pero más sorprendida por haber dormido por tanto tiempo en su oficina.
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Cadenas dulces
FanfictionEntre mi violador a mi secuestrador...sin dudas prefiero a mi secuestrador. 1)Es grosero, es brusco y es irrespetuoso sin contar que no sabe cocinar. 2)Es callado, se preocupa aunque no tiene por qué hacerlo, es dulce y se sonroja por todo. 3)Es...