Cadenas dulces

.30.

 No pude moverme, solo había dicho su nombre y mi cuerpo se congelo. Ni si quiera supe que pensar o hacer cuando Ken siguió hablando y como no podía verme me sentí "protegida". —No me importa, si intentas lastimarla de nuevo no lo dejare pasar, eres un asco,...te ayude porque creí que venias a trabajar no a lastimar a una niña y mucho menos a ella, di lo que quieras, si, si, eres un jodido enfermo, no aparezcas más delante de ella o no me quedare quieto— Le dijo Ken a ese loco pero al no escuchar la voz de Hongbin supuse que se encontraba hablando por teléfono.

No comprendía como era que Ken tenía un tipo de cercanía con Hongbin... o como sabía que era hongbin quien me lastimo sin embargo...tenía claro una única cosa, Ken me ha estado mintiendo.

Me obligue a moverme, Ken no me había visto así que estaba "todo bien" siempre y cuando aparentara no haberlo escuchado. Volví a la cama esperando ahí unos minutos antes de intentar ir al baño de nuevo.

El resto del tiempo me pensé en lo que aria, si el ir a clases como de costumbre o quedarme aquí fingiendo que tenía cólicos pero al final me pareció lo mejor el ir a clases, si iba podría hablar con Taekwoon sin que nadie nos viera y quizás el llegar a una solución...

Los nervios me estaban matando, al estar desayunando con Ken no dejaba de pensar que Hongbin y él se conocían sin contar lo que Ken comento por teléfono, que lo "ayudo" ¿pero en qué parte?... ¿en darle mi horario?...¿en darle la contraseña...de...

Si, ¡él tuvo que hacer sido!, Ken era el maestro que tiene todas las contraseñas del dormitorio de las chicas, si Hongbin quería tenerme a solas tuvo que obtener esa maldita contraseña de Ken.

Apenas y pude mantener esa sonrisa fingida en mis labios cada vez que Ken me hablaba como si nada estuviera pasando pero en mi mente solo veía a un mentiroso.

—Esto no se quedara así...—

Deje que la mañana trascurriera con "normalidad", despues de desayunar juntos y arreglarnos para la escuela nos pusimos en marcha, Ken me iba diciendo sobre la semana de exámenes la cual estaba próxima y sobre las materias que deberías repesar de las cuales él podría enseñarme con gusto. Nuestra charla termino al estacionar el auto en el estacionamiento de la escuela.

—Que tengas un lindo día mi bebe— Me dijo Ken al sonreírme ampliamente a lo cual yo le responde con una forzada sonrisa y un "igual tu" para después bajar del auto.

Aún faltaba poco más de media para que las clases comenzaran pero no tenía ganas o la energía de estar caminando por lo que preferí irme a mi salón, daba por seguro que no habría nadie ya que mis compañeros son perezosos pero quien no lo era es Taekwoon.

Al entrar al salón Taekwoon frunció el ceño tan pronto me vio. —Cierra la puerta— Me ordeno mal humorado por lo que cerré la puerta dándonos privacidad.

Ni si quiera había llegado a mi asiento cuando Taekwoon comenzó a regañarme. —¿Sabes cómo dejo Ravi su casa?, tiro todo lo que estaba a su alcance al suelo, gritaba furioso y golpeaba la pared como un loco porque es incapaz de protegerte, ¿Qué sucedió?— Me dijo al tomar asiendo en el pupitre frente de su escritorio.