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Habíamos visto nuestros rostros gracias al espejo, sabía que estaba preocupado por mi condición pero por inercia baje la mirada. Sus pisadas sonaban con rapidez del ir hacia mí y al llegar al frente tomo mi mano para que volteara a verlo.


—¿Qué sucedió?, ...¿Leo...hizo algo mal?— Ante su pregunta levante la vista y al hacerlo pude notarlo preocupado aunque también parecía estar asustado.


Sonreí y negué rápidamente. —No, el no tuvo nada que ver solo...tuve un mal sueño, es todo— Le explique forzando una sonrisa en un intento de restarle importancia.


—...No fue un sueño, es pesadilla— Me corrigió Ravi al dejar ir mi mano.


Solo asenté con la cabeza al escucharlo pero mi mente comenzó a pensar más a fondo en lo que dijo. No era un sueño, en eso Ravi tiene razón...sin embargo tampoco es una pesadilla ya que lo que sueño son mis recuerdos con Hongbin, todo esos días siendo mi mente llevada al límite hasta el punto de no saber qué hacer... no creo olvidarlo jama.


—Toma una ducha, te buscare la ropa— Ravi no me dio tiempo en responderle al salir del baño sin mirarme.


Prepare la tina con el agua tibia, me desnude colocando la ropa en el cesto y espere. Para cuando la puerta del baño se abrió Ravi entro. —Te traje la... ¿Por qué no te estas bañando?— Pregunto al parecerle raro mi comportamiento...haciendo que yo me percatara de ello también.


Me puse nerviosa por mi descuido. —...Estoy esperando que el agua no esté tan caliente, ¿por?— Le conteste tan rápido mi cerebro pudo trabajar.


Este coloco la ropa en el estante sin mirarme. —Tomate tu tiempo, veré donde se ha ido mi gato— Me informo y sin más salió del baño.


Mire la puerta cerrada sintiéndome la persona más idiota del mundo. —El no vendrá...—


Al entrar a la tina estire mi mano por inercia para tomar la mano de Hongbin pero no había nada a lo cual sostenerme... Me quede con la espalda recargada al respaldo de la tina y a pesar del agua tibia que sumergir mi cuerpo hasta los hombros pude distinguir el frió de la porcelana.


No quería pensar en nada, solo miraba el agua de la tina, mi cuerpo se podía ver a través de ella y si movía los dedos de mis pies se creaban ondas por el movimiento.


—¿Qué sucede?— La voz profunda de Ravi me trajo de vuelta de mi vacía mente.


¿Cuándo había entrado?...ni si quiero recuerdo haberlo escuchado...


—Tardaste más de la cuenta...— Me dijo llevando su mano a mi frente, podía sentirla como siempre, su mano grande y masculina con ese temperatura alta que todo lo vuelve cálido.


—...No tienes fiebre...— Comento para el mismo mientras que yo no dejaba de verlo.


Aun no me acostumbro por completo a su nueva imagen, su cabello prácticamente blanco le quedaba muy bien pero jamás cambiaría su cabello negro, "Me gusta como era antes"...

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora