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La puerta emitió un sonido diferente al ser la clave puesta correctamente y con ello una oleada de sentimientos golpeo mi cuerpo. —He vuelto...— Se escuchó entre este maldito silencio la dulce voz de Taekwoon y aunque se encontraba aun en el recibidor probablemente quitándose los zapatos no pude esperar a ir hacia él. Confirmar con mis propios ojos que él había llegado.


La expresión en su rostro al verme era fácil de leer. Se notaba preocupado, asustado por las condiciones en las que iba corriendo hacia él y sin importar todo esto...Taekwoon abrió sus brazos de par en par para dejarme que lo abrazara y una vez que rodee su cintura como si mi vida dependiera de eso... era exactamente lo que sentía.


En este momento para poder vivir y sentirme viva me aferro a su cuerpo.


Taekwoon me abrazo con fuerza por los hombros. Inundándome con el aroma a café con el cual su cuerpo siempre huele. Deseaba llorar y lo hice.


Como suponía el solo me dejo abrazarlo, llorar cuanto quise y hacerme sentir que ya no estaba tan sola.


Pero a pesar que mi llanto había terminado aún me encontraba abrazándolo y a decir verdad no quería dejar de hacerlo.


—...Solo...un poco más...— Le pedí pero aunque mi voz era un poco apagada por estarme acurrucando en su pecho él pudo escucharme.


—Descuida...no te soltare, no me iré— Me dijo sin aflojar su agarre.


Respire profundamente al saber que no podía permanecer todo el día abrazada a Taekwoon pero al menos deseaba llenarme de su aroma.


Al soltarlo pude ver su preocupación al estar mirándome los brazos pero sin saber que pregunta hacerme primero. —...Alguien intento abrir la puerta y solo me asuste un poco...nadie logro entrar así que estoy bien— Le explique lo mejor que podía pero su expresión de preocupación permanecía.


Sin decir nada fue acercando su mano hacia la mía para finalmente entrelazar nuestros dedos. Lo frio de su piel crea una sensación placentera cuando choca con mi temperatura.


Me hizo seguir a la sala tomando ambos asiento en el sofá. Su mano seguía sujetando la mía y aquellos felinos ojos me miraban mientras que en su mente probablemente se encontraban un sinfín de palabras las cuales no encuentra un orden.


—...Cuando comenzó a ocurrir todo eso respecto a ese tipo estaba preocupado por ti como un profesor, solo no deseaba que una alumna sufriera algo así...pero después de un tiempo comencé a saber más de ti y ambos terminamos compartiendo a Ravi. No comprendía porque eras tan importante para el cuándo descubrí que salían juntos pero...no dudaste ni un solo segundo en soportar el dolor tu sola para mantenerlo a salvo...— Me contaba como si estuviera recordando todo aquello.


—...Los primeros días sin saber nada de ti fue insoportable, te busque, llamaba a hospitales, estaciones de policías y buscaba en internet alguna pista de donde estuvieras pero no logre nada...y cuando en la universidad pusieron fotos de ti me sentí inmensamente feliz al saber que al menos te encontrabas con vida...— Taekwoon quien había estado mirándome fijamente no pudo seguir haciéndolo cuando sus mejillas comenzaron a teñirse de rojo.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora