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No respondí pero en lugar de eso estire mi mano hacia él y tal gesto él lo comprendió por completo. Con una sonrisa llego a mi lado tomando mi mano, nuevamente nuestros dedos se entrelazaron comenzando el camino hacia la cima de la colina y a pesar de llevarnos veinte minutos subir escalón tras escalón Taekwoon no se quejó en lo más mínimo, al contrario, seguía feliz y sin que lo notara comenzó a mecer nuestras manos.


Arriba, justo en la sima se podía ver a lo lejos las luces del pueblo que habíamos pasado para llegar hasta aquí. El pasto aunque estaba un poco alto no era impedimento para caminar sobre él. —Espera aquí— Le pedía al soltar su mano he ir hacia el lugar donde mi madre siempre miraba las estrellas.


Coloque la canasta en el suelo para sacar la manta, con cuidado la extendí sobre el césped y con un movimiento de cabeza le indique a Taekwoon que se acercara. Los dos nos sentamos sobre la vieja manta que había traído.


Respire profundamente llenando mis pulmones con aquel familiar aroma, los innumerables pero preciosos recuerdos de este lugar vino hacia mí. No me resultaba intimidante este lugar a pesar de su escasa de luz, bastaba con un cielo estrellado y la hermosa luna menguante para llenar aquel vacío.


—Es sorprendente, nunca había venido a un lugar como este— Comento Taekwoon logrando que dejara de ver aquel cielo y pusiera mis ojos en el.


El al igual que yo se encontraba maravillado por ese paisaje nocturno. —Eres el primero al que le muestro esto. Me alegra que te guste— Le conteste al seguir mirando las estrellas.


La brisa fresca de la noche hizo mover mi cabello pero del viento pude distinguir el sutil aroma del perfume de Taekwoon haciéndome sonreír. No solo se había vestido elegantemente sino que incluso se aplicó perfume.


—...Quería hablar de algo importante, esa es la razón por la que te traje aquí— Dije finalmente sin voltear a verlo, mis ojos deseaban llenarse de cada una de las estrellas.


—...Te escucho...— Me contesto fijando su vista en mí, lo sabía ya que podía sentirlo mirándome.


—...En la noche nuestra platica me dejo pensando, también sobre la primera petición que me has hecho y— Le estaba explicando aquello que me llevo pensar en todo esto cuando me interrumpió.


—Lose, actué raro...no hablemos de eso, solo cambiemos de tema— Me dijo avergonzado.


Sonreí al seguir mirando el cielo y una vez que el silencio se apodero del ambiente voltee a ver a Taekwoon. Era fácil ver lo avergonzado que se encontraba y aunque él no quiere hablar de ello tengo que hacerlo.


—Entonces solo escúchame. No quiero hacer las cosas mal si se trata de ti...por eso considere el ir paso a paso, ver cómo se van dando las cosas y si a pesar de todo estás de acuerdo con "profundizas" nuestra relación tomare la responsabilidad de ello— Mientras le iba explicando el dejo de mirar el suelo para alzar la vista y mirarme.


Se encontraba sorprendido por mis palabras. —eso...¿Qué quiere decir?... — Me pregunto para asegurarse de no estar confundiendo mis palabras pero por el tono de su voz y ese brillo en sus felinos ojos sabía que estaba emocionado.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora