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Durante todo el camino no supe que más decir, el maestro taekwoon se concentró únicamente en el camino mientras que yo tenía la vista fija en la ventana aunque mi mente se encontraba en mi maestro ken, me intrigaba la razón por la que deseaba verme en el estacionamiento pero a juzgar por su amplia sonrisa al verme una parte de mí se arrepentía por haber abordado el auto.


Taekwoon estaciono el auto en un amplio y elegante estacionamiento, incluso había un guardia al igual que cámaras de seguridad. —Deja tu mochila aquí, como quiera volverás conmigo— Me dijo a lo que me pareció razonable, solamente tome mi celular para evitarme las escenitas del idiota de Ravi.


Seguí al maestro Taekwoon hasta otra puerta con otro guardia en donde se debía de colocar un código de seguridad para poder acceder, en lo personal era la primera vez que conocía a alguien que vivía en un departamento de este estilo.


Al llegar al piso diez las puertas metálicas del ascensor se abrieron y con ello volví a seguir al maestro Taekwoon, este se detuvo frente a una puerta de color blanco en la cual coloco su pulgar en un detector de huellas digitales y tras eso la puerta se abrió.


Dentro del departamento todo estaba bien organizado, el piso de madera estaba tan limpio y reluciente que cualquiera podía tomar una siesta en el sin problema alguno. —Usa esto...— Me dijo Taekwoon al colocar unas pantuflas frente a mí, era evidente que eran suyas ya que al ponérmelas me quedaban muy grandes.


Sígueme— Me dijo al caminar frente a mí y nuevamente lo seguí. Entramos a su cocina en donde me dio una rápida explicación de donde se encontraban las cosas dentro de su departamento y dándome la libertad de prepararme lo que quisiera de comer al igual que sentirme cómoda mientras él se ponía a revisar unos exámenes que debían estar listos para cuando la hora del almuerzo terminara.


El maestro Taekwoon coloco una carpeta llena de exámenes sobre la mesita de centro y tomo asiento en el sofá, se notaba apurado por lo que no dije más nada. Curiosee en su cocina, al parecer el maestro Taekwoon le encantan los bocadillo ya que tiene dos cajones llenos de ellos pero en su refrigerador todo está en loncheras con etiquetas de los días de la semana y un número que iba del 1 al 11.


Estaba demasiado organizado que me dio ganas de revolver todo solo por la maldad, —Alguien tan organizado como el con el animal de Ravi...es un verdadero chiste— Pensé a mis adentros mientras cerraba su refrigerador.


Preferí preparar café, es lo único en lo que me siento realmente confiada sin importar en donde me encuentre, a mi madre también le gustaba el café como al maestro Taekwoon por lo que opte por prepararle un café americano. Tarde alrededor de unos cinco minutos pero al llevárselo no sabía cómo iniciar una conversación para captar su atención y poder entregárselo por lo que me sente a su lado sosteniendo la taza entre mis dos manos sintiendo el calor que sobrepasaba la cerámica.


Al trascurrir unos minutos Taekwoon se percató de mi presencia volteando a verme. —¿Ya comiste?— Me pregunto pero tan pronto lo dijo volvió a fijar su atención en los examanes.


—...Si, mira, te prepare esto...— Le conteste antes de que la oportunidad se me fuera.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora