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Ante mis palabras Hongbin dio un paso al frente asustando al chico ya que no se esperaba su repentina aparición. Con una expresión molesta miro a Zack con un evidente desprecio. —Ya ha quedado claro, ¿no?, ni tú y mucho menos tu amigo pueden arrebatarla de mi— Dijo con molestia.


Sus palabras dejo sin respuestas a Zack y en medio de ese denso ambiente fui hacia Hongbin, el al tenerme a su lado sujeto mi muñeca llevándome de vuelta a la mesa. No me dejaba de mostrar esa sonrisa radiante, se notaba feliz por como habia actuado delante de ese chico.


Hongbin le pidió al camarero ver la cara de postres pidiendo dos del más caro y al estar solos su voz se dejó escuchar. —Mi flor...no estuvo nada mal, ¿Qué tal si continuas con esa actitud por el resto de nuestro viaje?— Me elogio sin embargo aquella pregunta no parecía ser una opción, más bien una sugerencia obligatoria.


Lo mire mientras mi mente se volvía un lió, podía obligarme a ser de este modo con él, ceder a este capricho suyo para asegurar mi supervivencia, se que podría lograrlo...pero solo tengo una condición para seguir con esta tontería.


—Bien...sin embargo ¿podría hacer una petición?— Le pregunte antes de hacerle saber mi condición y al escucharme Hongbin subio los codos a la mesa apoyando su cabeza en su mano para verme con atención.


—Claro, tengo curiosidad por escucharlo— Comento al dejar que prosiguiera.


—¿Podrías no embarazarme?, si aceptas no mirare a nadie más que a ti— Le ofrecí lo único que me quedaba.


El solo me miro por un momento ya que nuestros postres habían llegado, el resto de la cena termino sin decir palabra alguna. Salimos de ese lugar para subir al auto, todo se encuentra en calma pero esta sensación solo crea un efecto contrario en mí, sin saber en lo que piensa, si me violara obligándome a dar a luz a su bebe, ¿Qué tipo de vida me obligaría a seguir?.


Al llegar al hotel Hongbin sujetaba mi muñeca como de costumbre. Frente a la puerta de nuestra habitación ambos nos detuvimos. —Que duermas bien, pasare por ti a las ocho de la mañana, puedes usar lo que desees, solo desayunaremos en el restaurante del hotel— Dijo al abrir por mí la puerta de la habitación.


Mi mirada constante sobre él fue suficiente para hacerle saber la duda en mi mente. —Para completar nuestra cita me iré a la habitación que rente...y sobre nuestro acuerdo, acepto pero sabes los términos del juego— Explico antes despedirse de mi dándome un ligero empujón en la espalda haciendo que entrara.


Podría ser que el tiempo haya desaparecido, que una parte de mí se encuentre en una pesadilla al mismo tiempo que mi cuerpo se mantiene despierto, al igual que una pluma que cae mi percepción de la realidad se iba haciendo borrosa. Como un silbido que solo tú puedes escuchar desaparece tan lentamente que a cierto punto crees que fue solo parte de la imaginación. Sin pruebas de lo sucedido...Hongbin desapareció de mi vida.





Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora