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—...Le había pedido que hablara conmigo respecto a lo de la última vez...pero supongo que ya podremos hablar luego, nos vemos mañana— Contesto el maestro Ken con una tranquila sonrisa antes de seguir por su camino.


Me quede en silencio al seguirlo con la mirada,— ...¿Por qué invento una excusa?— pensé al no comprender la razón por la que lo hizo y entonces Taekwoon se inclinó quedando cercas de mi rostro y así llamar mi atención.


—Te acompañare a tu departamento, entrare primero para revisarlo mientras tu aguardas en el pasillo— Me explico al incorporarse nuevamente.


No le conteste pero seguí sus pasos hasta mi departamento, una parte de mi agradecía no tener que entrar sola ahí, confiaba ligeramente que si Taekwoon iba conmigo podría de alguna manera evitar ser violada por hongbin.


Aguarde en el pasillo tal y como me había dicho Taekwoon, me sentía ansiosa he incluso con miedo de que hongbin si se encontrara ahí pero al cabo de unos minutos mi maestro abrió la puerta indicándome con la cabeza que entrara.


—Revise bien, está vacío— Me aclaro mientras se ponía nuevamente sus zapatos.


—Gracias...— Le agradecí en voz baja y sin mirarlo directamente, no es que fuera una mal agradecida pero tales palabras me hacen sentir incomoda al estar en este situación.


Descuida,...Nos vemos mañana— Me dijo antes de marcharse.


Me asegure de cerrar adecuadamente la puerta, mire mi departamento "vacío" y respire profundamente antes de soltar un largo suspiro. Intente hacer las cosas que hacia normalmente en mi departamento pero incluso al beber agua volteaba a mis lados sintiéndome tensa, con el miedo de que Hongbin saliera en cualquier momento y me obligara a vivir en su maldito infierno.


Las manecillas del reloj creaban un interminable eco en mi cabeza, jamás había sentido el trascurrir del tiempo tan jodidamente lento. En un determinado punto de la noche intente apagar las luces he irme a dormir,...no pude. Hongbin se había trasformado en un monstruo, en mi segundo mayor miedo que acechaba a mi alrededor al igual que un búho, su incomparable belleza confunde a las personas tan fácilmente que para él es un simple juego.


El despertador de mi celular sonó y al apagarlo sentí el maldito cansancio y desilusión por no haber podido dormir ni un maldito segundo todo por culpa suya. Busque una muda de ropa pero antes de entrar al baño fui a la cocina para tomar un cuchillo, al menos al tenerlo ahí mientras me bañaba me hacía sentir mejor.


Al terminar me asegure de ponerme una bufanda en mi cuello para ocultar las marchas y en mis muñecas me puse unas vendas las cuales cubría con mi playera de manga larga. Tome mi mochila y Salí del departamento pero al abrir la puerta mire sorprendida a Taekwoon quien se encontraba esperando por mi recargado en la pared de enfrente con un vaso de café.


—¿No olvidas nada?— Me pregunto antes de darle un sorbo a su café y ante su pregunta negué con la cabeza.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora