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El resto de la noche me quede en la sala mirando la televisión, supuse que Ravi se había quedado a dormir junto a Taekwoon cosa que no me importo, tener un momento a solas era muy agradable y más ya que necesitaba hacer una llamada en privado. Tome el teléfono inalámbrico de la sala he introduje el número que tan fácilmente me memorice y tras unos dos tonos de llamada el finalmente contesto.


Hola mi amor, ¿todo está bien?— Me contesto de una forma tan...especial que todo el caos de este día desapareció por completo y sin darme cuenta comencé a sonreír.


—Fue algo caótico pero...creo que ya todo paso— Le conteste al bajarle un poco a la televisión y así poder escucharlo mejor.


Platícame como estuvo tu día mi amor, quiero saberlo todo, incluso de cuantas veces has ido al baño— Me pidió al insistir un poco pero esa forma de hablar con tanto amor he interés por mí de verdad me hacía sentirlo.


—Llegue primero a la casa de Ravi pero vi a unas tipas salir de ahí por lo cual preferí ir a mi casa pero al llegar me tomo por sorpresa ver a mi maestro ahí, resulto ser que Ravi comenzó a rentar su casa y se fue a vivir a la mía...pero después de reencontrarnos y quedarme a solas con Ravi me di cuenta que las cosas...ya habían cambiado— Le conté al sentir una presión en el pecho y sin notarlo mi estado de ánimo bajo.


—Lamento escucharlo...pero hay ocasiones que el cambio es mejor, yo amo el tenerte ahora en mi vida, si no hubiera ocurrido este cambio mi vida seguiría vacía— Me explico tan abiertamente y quizás por tener su voz tan cercas de mi oído mis mejillas se sonrojaron.


—Gracias por decirlo...y creo que tienes razón, esto...podría ser bueno— Le dije al aceptar la idea de todo esto.


—Mi amor ¿y ahora estas mejor? Me preocupa que no estés durmiendo— Me pregunto preocupado incluso por mis horas de sueño lo cual me pareció demasiado lindo de su parte.


—Ni lo menciones, por la conmoción termine durmiendo demasiado y ahora no tengo sueño pero ¿dime como estas tú?, no te saltaste ninguna comida como me prometiste ¿cierto?— Le pregunte al cambiar de tema, quería saber de su día aunque no pudiera verlo.


—No sabes la alegría que meda que preguntes por mí, y mi día estuvo lleno de ti, pensando en si habías llegado sin ninguna complicación, si el vuelo fue agradable o si Ravi te recibió con los brazos abiertos y ahora que se cómo estas me siento aliviado— Me dijo abiertamente y aunque no podía verlo me lo podía imaginar sonriendo.


—¿Y comiste como me prometiste?, no quiero que te sientas mal por falta de comida, tu alimentación es muy importante— Le recordé ya que cuando lo conocí no le daba la suficiente importancia a su comida.


—Te lo prometí pero si no fuera por las alarmas que me programaste en mi celular quizás podría pasarlo por alto pero es un hábito que iré eliminando gracias a ti mi amor— Me contesto aliviándome que al menos si estuviera comiendo.


—Por cierto, ¿Qué paso con tu celular?, conteste por creer que eras tú pero no reconocí el numero— Me pregunto al darse cuenta de ello.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora