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—Al menos me obedeciste en esto para variar— Me comento Hongbin cuando le ponía seguro a la puerta. Escuche como dejaba su mochila botada en el piso y se acercó a mí, tomo asiento sobre su escritorio, se veía molesto y fastidiado.


—Anoche apuesto que se la chupaste a ese tipo— Me dijo mientras se quitaba su bata he igualmente la botaba en el suelo de su oficina.


—Toda la noche...dejaste que te la metiera sin protestar— Volvió a decir como si se lo estuviera imaginando pero aunque se encontraba equivocado preferí no hablar.


—Bueno...no importa porque ahora estas aquí, conmigo— Al decirme eso se quitó la camisa rápidamente y una vez sin ella la aventó, sus manos desabotonaron la hebilla de su cinturón.


—Ponte de pie y coloca tus manos detrás de ti— Me ordeno seriamente por lo que aun con mis piernas temblando me puse de pie he hice lo que me pidió, Hongbin me dio vuelta y amarro mis muñecas con su cinturón, era doloroso he incómodo.


—Ahora mira fijamente mientras me desnudo—Me ordeno mientras me miraba fijamente.


No quería ver su cuerpo pero no tenía opción. Hongbin se bajó los pantalones sin dejar de verme mientras que yo miraba su miembro. Una vez desnudo acaricio su miembro lentamente por lo que desvié la mirada como un reflejo pero a Hongbin no le gusto que hiciera eso.


Me dio un puñetazo justo en mi mejilla, me sentí aturdida. —Sigue mirándome— Me ordeno nuevamente por lo que lentamente volví a mirar a su miembro y al obtener lo que quería sonrió complacido.


Comenzó a masturbarse mientras estaba sentado sobre su escritorio y yo solo lo miraba sintiéndome impotente. —Ven aquí y usa tu boca para hacerme sentir bien— Me ordeno con tanta frialdad que mi cuerpo comenzó a temblar, no quería hacerlo, no quería tocarlo y mucho menos meterlo en mi boca por lo que mi cuerpo no se movió en lo más mínimo.


Hongbin al darse cuenta que no estaba haciendo lo que me ordeno se puso de pie y volvió a pegarme pero esta vez en la boca, el dolor me resultaba más aceptable que ser violada por Hongbin pero este no iba a detenerse.


Aturdida por el golpe y el sabor de la sangre me tomo del cabello obligándome a seguirlo, este se sentó en su silla de cuero y a mí me obligo a arrodillarme frente suyo, su miembro estaba solo unos centímetros de mí.


—¿Seguirás sin obedecerme?— Me pregunto molesto y al ver que no me acercaba a su miembro Hongbin alzo mi cabeza golpeándome nuevamente en mi otra mejilla pero esta vez fue incluso más fuerte, todo me comenzó a dar vueltas y aunque hubiera preferido desmayarme Hongbin tomo con fuerza mi cabello y metió su miembro en mi boca.


—Si lo muerdes desearas que te mate— Me amenazo mientras que yo luchaba con mis ganas de vomitar.


Hongbin seguía con su mano sujetando mi cabello con fuerza para el llevar el ritmo de cómo entraba su miembro a mi boca pero después de unos minutos así por fin se detuvo, tan pronto dejo de sujetar mi cabello me aparte de el pero al hacerlo tan rápidamente termine cayéndome de espalda sintiendo toda la presión de mi cuerpo contra mis manos atadas.

Cadenas dulcesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora