¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No le creía. Charlotte Lahey no era tonta ni mucho menos estúpida, no confiaba y no sería una ingenua. Y sí, tal vez había pasado mucha agua bajo el puente y sus acciones estaban ahora a su favor, pero ella simplemente no se lo compraba. Pero los demás sí, incluso Stiles, aun considerando todo lo que Raeken había hecho contra la manada.
Mientras continuaban con sus vidas y se dedicaban a terminar sus estudios Charlie no dejaba de vigilarlo en cada momento y oportunidad esperando cualquier mínimo error que pudiera condenarlo, pero pasaba y pasaba el tiempo y eso nunca llegaba.
De todas formas la pequeña Lahey había encontrado distracción y consuelo en la personita que menos se esperó, Liam era la dulzura personificada y a pesar no parecerse en lo más mínimo, después de su ruptura con Hayden comenzaron a acercarse poco a poco y había sido inevitable. Se complementaban. Él tan bueno, ella desconfiada; él tan positivo, ella no tanto; él pura luz a pesar de su temperamento, ella con una mochila de oscuridad sobre sus hombros. Pero no les importaban esas diferencias porque al final de cuentas se hacían bien y eran felices cuando estaban juntos.
El único problema era el estúpido de Theo Raeken en su nuevo papel de superhéroe queriendo cuidar a Liam de ella, el quimera tampoco confiaba en ella y no la quería cerca de su nuevo amigo. Theo había podido reconocer la oscuridad que envolvía a la mujer lobo apenas volvió a Beacon Hills y no quería que eso lastimara al lobo; por eso siempre hablaba pestes de Charlotte y le pedía que la dejara, por mera y única protección de su amigo. O eso era lo que se obligaba a creer fervientemente ocultándose a sí mismo cualquier otra razón más cercana a la rubia que a Liam.
A pesar de decir odiarla no podía negar que en un principio la había querido para él como compañera, algo en ella lo atraía demasiado.
Pero mucho menos esa era una razón para hacer lo que hacía, Charlie no sería capaz de lastimar a Liam, no a él. Por eso caminaba con cabreada por los pasillos de la preparatoria en busca del estúpido Raeken, era hora de ponerle un alto y patear su culo si era necesario. Y obvio que lo era, se lo merecía. Fácil se le hizo encontrarlo en el sector más alejado de la biblioteca, su olor era demasiado conocido por ella porque siempre estaba por encima de todos los demás.
