| 030 | Aiden Steiner | Salvaje

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Finalmente el ensayo había terminado, estaba muerta y en esos momentos solo estaba deseando ir por sus cosas, llegar a casa, darse una ducha de agua caliente y acostarse a dormir sin siquiera cenar

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Finalmente el ensayo había terminado, estaba muerta y en esos momentos solo estaba deseando ir por sus cosas, llegar a casa, darse una ducha de agua caliente y acostarse a dormir sin siquiera cenar.

La práctica había sido brutal, le dolían partes que no sabía que tenía y eso que no estaba en el equipo de ningún deporte extremo, ni siquiera del brutal Lacrosse; estaba en el grupo de animadoras de la preparatoria, y a diferencia de lo que muchos pensaban, no solo se trataba de cantar, bailar y dar vueltecitas en el aire, era un trabajo físico muy intenso y que exigía demasiado.

Arrastrando los pies sin fuerzas para más sintió como su corazón de pronto estalló salvaje producto del asalto. Unos fuertes brazos la jalaron hacia el vestidor de los chicos cuando iba pasando por fuera hasta el de las chicas. Y fueron aquellos mismos brazos que la empotraron contra una pared mientras que unos salvajes besos le comenzaban a llover desde sus labios hasta su cuello.

— Aiden —gimió por culpa de las exquisitas sensaciones recibidas. Ni siquiera tuvo que detenerse a preguntar quién era su secuestrador, era demasiado obvio—. ¿Qué haces?

—Acosándote —le respondió obvio y sus labios y dientes se centraron en el punto entre el cuello y hombro de Isabelle, con al parecer, el único objetivo d dejar marcas.

Las piernas de la pelinegra flaquearon en el instante, sin saber si era por su duro entrenamiento o por culpa del lobo feroz que de pronto estaba irreconocible. Quiso buscar en su cabeza si la luna llena se acercaba pero su mente estaba totalmente nublada y eclipsada por Aiden.

— ¿Qué te pasa?, ¿estás bien? —le preguntó un poco, mínimamente preocupada gracias a la pisca de lucidez que le quedaba.

Los ojos rojos de alfa brillaron en respuesta.

—No —respondió firme y volvió por sus labios—. Quiero joderte aquí y ahora. No me aguanto.

Sus expertas manos comenzaron a viajar por todo el cuerpo de la muchacha mientras sus labios volvieron a comerle la boca. ¿Qué si Isabelle se acordó de su dolor de cuerpo post entrenamiento? Claramente no. A esas alturas, y con tan poco, había olvidado hasta su nombre.

ONE SHOTS |TEEN WOLF|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora