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Por fin un día sin escuela, no es que fuera una mala estudiante, todo lo contrario, pero tampoco era una chica que amara pasar todo el tiempo entre libros, cuadernos y exámenes, tenía otras cosas más interesantes con qué entretenerse un sábado, una muy interesante pensó cuando salía de la ducha y entraba a su habitación envuelta en la toalla.
Supo a ciencia cierta que su mamá estaba cumpliendo turno en el hospital, y había escuchado salir a Scott de casa cuando estaba despertando, lo que significaba que estaba sola, bueno no del todo.
Sonrió cuando pensó en quién se encontraba en la habitación de al lado mientras terminaba de colocarse su ropa interior de encaje blanco a juego. Decidió que al terminar de vestirse iría por él y aprovecharía el tiempo que tenían disponible sin el tonto de su mellizo merodeándolos.
Su relación había comenzado formalmente hace unos meses atrás, aunque los sentimientos existían mucho tiempo atrás, se atraían y había sido verdaderamente imposible mantenerse separados, sobre todo ahora que vivían juntos luego de que Derek lo corriera de su loft. Lo único capaz de mantenerlos alejados era Scott que no descansaba y los tenía tan vigilados que no los dejaba casi nunca solos, excepto ese día que tenía cosas mucho más importantes que andar cuidando la integridad de su hermanita. Por ello estaba feliz.
La idea de pasar un momento agradable solos y aprovechar el tiempo no solo había surcado sus pensamientos, los de su novio también, que apenas escuchó como el agua de la ducha dejaba de correr se levantó, aseó y fue en busca de su hermosísima novia.
La imagen que lo recibió fue una invitación al cielo, o tal vez al infierno por el calor que se propagó en todo su cuerpo.
Skylar solo vestía su ropa interior blanca de encaje mientras esparcía unos aceites por su pierna, que tenía encima de la cama, dándole completamente la espalda a la puerta. El conjunto de la escena en total para el lobo resultó ser más llamativo y sexy de lo que pudo imaginar. Ella girada, dejando ver su cuerpo humectado por ese aceite que estaba usando, su pelo cayéndole por el hombro hacia adelante, sus piernas torneadas, su trasero redondo invitándolo a mirar hasta el cansancio.
